En Gotemburgo, la ciudad sueca donde surgió Volvo, se desarrolla una iniciativa de movilidad sustentable llamada “Drive me”, que recién probó 100 unidades con tecnología de auto-conducción. Las rutas fueron de unos 50 kilómetros, incluyeron autopista, tráfico y embotellamiento, el piloto automático funcionó y los coches de prueba fueron capaces de conducirse sobre su propio carril, adaptarse a la velocidad y manejarse en el tráfico por sí mismos. Este programa se ocupa de todas las funciones de manejo, por lo que en modo de máxima autonomía prácticamente podrá sustituir al conductor. O al menos es lo que hasta ahora muestran los ensayos. Otro rasgo interesante del proyecto es que lo mismo involucra a las autoridades de la ciudad como del transporte, al gobierno, legisladores, consumidores como a un fabricante de automóviles; Volvo Cars en este caso (Pie-Nota, no tiene continuación).