Va Chrysler con arquitectura de nuevos motores V6

Habiendo invertido $760 millones de dólares entonces con Daimler, su socio, marido, o estratega, ahora en el divorcio, Chrysler va a renovar todos sus motores gastalones en gasolina y de alta contaminación. Será una nueva arquitectura de 3.6 litros V6 que estarán presentes por ejemplo en el nuevo Dodge Charger que saldrá próximamente en Estados Unidos. Con estos pasos, Chrysler quitará de las bocas de sus distribuidores la oración: «Estamos vendiendo ahora productos italianos».

Nuevos motores Pentastar que comienzan con un V6 de bajas emisiones (Foto Chrysler EEUU).

Lista para ofrecer una amplia gama de motores con bajas emisiones, Chrysler llevó a cabo un trabajo conjunto con los ingenieros alemanes de Daimler quienes les enseñaron a bajar emisiones, aumentar potencia sin tanto consumo de gasolina y otro tipo de eficiencias que fueron provechosas para la firma estadunidense, hasta antes que se diera el divorcio con la alemana hace un año y medio más o menos.

El primero será un motor V6 de 3.6 litros del cual los ingenieros estadunidenses, más jóvenes, más involucrados con una ingeniería mundial, menos pensadores de su industria local y de su loca, muy loca carrera de Muscle Cars para los autos típicamente estadunidenses. Este ya está puesto en lo que será el Dodge Charger 2011.

Los alemanes les dijeron hace cinco años que tenían que bajar el peso de los vehículos, que eran verdaderos «tanques» de dos toneladas que tenían que ser propulsados por máquinas igualmente potentes pero de gran consumo de gasolina y esa fue la vertiente de Chrysler por muchos años, y también por las otras empresas del emblema de estrellas y rayas.

La ingeniería automotriz estadunidense no volverá a ser nunca lo que era antes de la gran crisis de 2009. GM, Ford y Chrysler deben pensar más en costos y pesos (los dos tipos de pesos, los monetarios y los de masa). Han aprendido de los japoneses aunque estos también mucho de los norteamericanos, como se conocen. Y por eso ahora hacen motores más limpios. Están descubriendo el agua tibia pero para bien de un consumidor estadunidense sufrido, afectado por el desempleo, los bajos sueldos, la deegradación social que antes no existía con tal magnitud en ese poderoso país.

Por eso Chrysler trató de salir adelante con esa alianza con Daimler de la cual aprendió mucho. Y ahora lanza estos nuevos motores que tratarán de darle al consumidor una mayor tranquilidad a la hora de apretar el acelerador, del cual estaba acostumbrado a presionarlo sin miedo antes.

Bob Lee, vicepresidente de ingeniería de motores de Chrysler, ha dicho que los motores entre 3.0 y 4.0 litros son los mejores para sus marcas. Y sobre ello van a trabajar.

Esto quizá no signifique un adiós a los V8 (los estadunidenses son algo necios cuando se trata de tocarles sus fibras sensibles de lo que les ha apasionado por ¿siglos?), pero es el inicio de algo diferente en el terreno de bajar CO2 al planeta y a cuidar los bolsillos de los consumidores que también están aprendiendo rápidamente a decir «No, gracias» a tantos cilindros en el motor.

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