¿Y qué pasaría si los 600 millones de automovilistas en el mundo se vuelven seres ecológicos y dejan de comprar automóviles? El Salón de Tokio muestra cómo la industria se preocupa por ello y presenta ciertos vehículos ecolocos y otros llenos del performance tradicional del alto caballaje.
Audi A1 Metroproject Quattro eléctrico de 40.8 Kilowatts, tracción trasera y sólo 40 HP.
Japón, segunda potencia tradicional automotriz, atrás de Estados Unidos, se ve amenazada por los chinos que ahora le arrebatan esa posición y la mandan hasta el tercer sitio con una producción anual superior a los 9 millones de automotores.
En este contexto, el Salón del Automóvil de Tokio, uno de los tres últimos del año junto con el de Los Angeles y Bolonia, y antes por supuesto del de Detroit en enero del 2008, se esmera por su internacionalidad y espectacularidad.
Los industriales japoneses, y los de otras latitudes como por ejemplo los alemanes, se preocupan por ofertar productos ecológicos, como una respuesta sensata al calentamiento global. Pero la fiebre del llamado performance no los abandona. Por tanto se han dado a la tarea de quedar bien con los dos núcleos de consumidor: los concientes de heredar a sus hijos un mundo más limpio, y aquellos que compran un automotor para dejar salir su pasión por la velocidad y el manejo dinámico.
Audi presenta el A1 Metro proyect Quattro. Aunque es pequeño porque comparte la plataforma con el Skoda Favia, el SEAT Ibiza y aún el VW Polo, se presenta como un utilitario. En la versión ecológica está equipado con un motor eléctrico de 40.8 Kilowatts, tracción en las ruedas traseras y 40 HP.
Pero este tres puertas se vuelve toda una fiera con el motor térmico 1.4 TSi de 150 HP.
Esta es la parte posterior del Audi A1 presentado en Tokio.