El Salón de Tokio que abre sus puertas la semana entrante, se comienza a vestir de verde. Autos eléctricos, los vehículos de celdas de combustible a base de hidrógeno y motores pequeños de 600 cc, serán la constante de una ciudad llena de glamour pero que conserva su propia cultura no mutilada por el Imperio.
El Japón, 40 años de cambios. De la incipiencia a lo atrevido: Concepto Lexus (Foto Toyota).
Si usted ve los autos japoneses de los años 60 verá espantosas piezas cuadradas y sin chiste. Con sus excepciones como los Z de Nissan que ya entonces hacían historia hasta en Estados Unidos.
Pero si recorre estos más de 40 años, tendrá que reconocer que los nipones se han arriesgado a todo para hacerse valer en el mundo del automóvil de hoy en día. Echaron a perder mucho. El mundo occidental se negaba a comprar sus aburridos y lentos vehículos. Hoy, por ejemplo, Nissan estará en LeMans con un auto eléctrico compitiendo contra los híbridos de Audi.
Nissan Deltawing LeMans eléctrico de tres plazas (Foto Nissan).
O bien Toyota presentará caprichosos diseños en vehículos eléctricos, híbridos y hasta con celdas de combustible. Y en esto no tienen rivales sino aliados, como la propia BMW en un momento determinado.
Tokio se abre al mundo. Su salón es cada vez más reconocido a pesar de una actitud xenofóbica de algunos medios occidentales por los asiáticos (un reporterillo mexicano se atrevió a cabecear «Allí vienen los amarillos»).
Los puristas siguen poniendo al Japón en un sitio todavía inferior a los autos alemanes o italianos. Pero lo que nadie puede negar es que han enseñado, mediante doctrinas como el Toyotismo, a ganar más dinero en el negocio de los autos. Ford le aprendió a Mazda. Nissan y Daimler tienen alianzas para una producción conjunta. ¿Entonces? ¿Quién aprende de quién? De ambos, pues.
Toyota presentará este taxi eléctrico (Foto Toyota).
Tenemos nuevamente jóvenes periodistas mexicanos que retoman la disciplina reporteril en Tokio y reportarán algo más que simples boletines de prensa, aleándose del desgastado estilo de trabajo de algunos colegas.