El legendario edificio de Auburn Hills, en pleno corazón de Detroit, Michigan, Estados Unidos, ha sido «prestado» por Chrysler LLC a diversos inversionistas que le han adelantado la renta de $60 millones de dólares. Los consorcios Oz Management, City Group Global Markets y otras entregaron $225 millones ya para pasar sus muebles a algunos de los pisos del edificio de la Chrysler, empresa que evitó la bancarrota en 2009.
Las finanzas no van bien así que a rentar el edificio (Foto Automotive News).
Un vocero de Chrysler le dijo hoy al semanario Automotive News que sabía de la renta pero dijo que no sabía cuánto ni cómo se haría la transferencia del edificio.
La información especifica como un «préstamo» que Chrysler LLC hace de su edificio pero va a recibir $60 millones de dólares como reserva por ese «préstamo», una especie de renta.
La prestamista Cerberus que tomó posesión de Chrysler en 2007 se hizo del edificio por $325 millones de dólares, pero el control lo tuvo en realidad, en parte, City Corporation, la que ahora también controla cierta parte del edificio.
Chrysler Corporation financió a principios de los años 80 la edificación del inmueble por $1,000 millones de dólares para la mole de cristal que se ubica en Auburn Hills, cerca del corazón de Detroit, en Michigan. Y había tenido su absoluto control hasta su segunda crisis de los 90 y luego en el 2000 con el control de Cerberus en 2007 y ahora el control a cargo de la italiana FIAT.
Según la información del medio estadunidense, Chrysler ha recibido un préstamo de $225 millones de dólares por el inmueble pero no establece si los ejecutivos seguirán ocupando algunos pisos, lo que se supone porque es el centro neurálgico de las actividades de la firma norteamericana en ese país.
Si Chrysler no paga el préstamo los inversionistas tomarán posesión del edificio.
En 2009 el Grupo Chrysler entró en proceso de bancarrota con préstamos del gobierno hasta por $9,000 millones de dólares y la intención del Grupo FIAT de recibir más del 20% de sus acciones sin pagar un sólo centavo por la operación. El beneplácito gubernamental por esa alianza mantiene a empleados y distribuidores de las marcas en la incógnita sobre lo que realmente pasará con la empresa automotriz en términos financieros, ya que los planes sobre nuevos productos siguen pero sin el sustento económico que los avale.