La angustia sigue prevalenciendo entre General Motors, Ford y Chrysler de Estados Unidos este lunes. El Senado norteamericano aún no autoriza el plan de rescate financiero para la industria automotriz y Toyota ha anunciado la cancelación del proyecto Prius 2009 en ese país mientras GM cerrará temporalmente plantas armadoras incluyendo a las que tiene en México. De malas otra vez. Chrysler pende de un hilo.
El sábado anterior el Senado anunció un «acuerdo en principio» para otorgar los créditos a la industria representada en este caso por GM y Chrysler, ya que Ford puede esperar a marzo a una línea de crédito, lo que subió el precio de las acciones de la firma que preside Alan Mulally.
Ese acuerdo apunta a que un «capitán» (mal llamado por la prensa norteamericana «zar», pues esa figura emblemática no existe en el canon de la democracia americana), nombrado por parte del Congreso de Estados Unidos, coordine las actividades de la reestructuración de GM y Chrysler. Por tanto, este es un fino sentir de que no hay confianza ni por el Grupo Cerberus que comanda a la empresa Chrysler ni a GM dirigida por Richard Wagoner, de quien se ha pedido su cabeza en repetidas ocasiones en el Senado.
Por otro lado, trascendió hoy en Washington que hay senadores republicanos que están en contra del préstamo de capital porque si la operación de rescate fracasa, los senadores pasarán para la opinión de los estadounidenses como «unos fracasados» también al meter dinero bueno al malo.
La prensa europea manejó el viernes pasado la noticia como un arrepentimiento del Senado para otorgar el préstamo ya acordado en la cámara de los diputados, y eso provocó bajas en las operaciones de las principales casas de bolsa de las potencias del viejo continente.
Hoy lunes no hay optimismo, mientras la prensa política de Estados Unidos está más preocupada por los escándalos de corrupción del gobernador de Illinois, que por el caso automotriz.
El presidente electo Barack Obama, en una conferencia de prensa el fin de semana pasado, dijo que el rescate de las empresas del ramo debe hacerse porque sería un serio revés a la economía si se hace lo contrario. Pero estableció que deben haber bases firmes para el rescate, con compromisos serios por parte de las armadoras.