Ni General Motors puede salvar a 10,000 trabajadores de sus seis plantas de Opel en Europa donde ya Magna, la frustrada compradora, había pronosticado ese número de despidos. La firma norteamericana confirma que tendrá que cesar a ese número de obreros. Las reacciones no se han hecho esperar en ese continente.
General Motors se arrepintió de vender su filial Opel –que representa toda la operación de seis fábricas del concepto GM Europa incluyendo la fábrica Vauxhall de Inglaterra–a Magna International y al banco ruso Sberbank.
Alemania sigue furiosa por ese hecho pues la canciller Ángela Merkel basó su campaña política en alcanzar un acuerdo de venta de Opel a Magna. Puso incluso dinero de por medio con un apoyo inicial de $1,500 millones de euros de un total de $4,500 millones y ha pedido el reembolso de ese fondo.
GM dice que la inyección de capital para reiniciar Opel será de $3,000 millones de dólares, que es una cantidad mucho menor al valor de la venta total a Magna. Pero no dijo si esa cantidad incluye regresar al gobierno alemán su aportación inicial.
El ministro de economía de España, Miguel Sebastián, dijo que no se permitirá que GM se baje de los acuerdos ya alcanzados entre Magna y Opel España, quienes por tres semanas negociaron acuerdos y darle a la planta de Figueruelas la construcción del nuevo Corsa.
John Smith, vicepresidente de GM, dijo hoy que la empresa requiere un plan de reestructuración para Opel, pero que este plan pasa por un ajuste de 10,000 operarios en las seis plantas de Inglaterra, España, Bélgica, Polonia, Alemania y Rusia.
Por lo pronto, este jueves amanece Europa con huelgas en las plantas de Opel como protesta por la poca seriedad de GM y su operación fallida con Magna.