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En el contexto del Salón del Automóvil en París, Alan Mulally, presidente de Ford Motor Company, dijo a la prensa que no regresará a tomar las riendas de Jaguar ni de Land Rover. «Estas marcas premium están en buenas manos con Tata y Tata tiene buenos planes para ellas», señaló con una amplia sonrisa pero con el pesimismo de saber que Ford Europa deberá recortar puestos de trabajo y la producción por la crisis económica internacional desatada desde Estados Unidos.
Mulally fue interceptado por un grupo de los miles que asisten al Salón de París que desde la semana pasada abrió sus puertas para exhibir lo último en materia automotriz.
El ejecutivo, que no esperaba la entrevista de banqueta, dijo que Tata Motors está ejerciendo un control sobre Jaguar y Land Rover.
— ¿No se arrepiente Ford de haber vendido estas joyas de la corona?– se le preguntó.
Sonrió y dijo: «No, Jaguar y Land Rover están en buenas manos con Tata Motors».
Ford vendió a Tata Motors en $2,300 millones de dólares estas empresas británicas cuyo control tomó desde los años 80 y 90. Pero la difícil situación financiera de Ford le llevó a venderlas para tener liquidez ante el embate recesivo que se vive hoy en Estados Unidos y que está «contaminando» a todo el mundo.
Hace dos días Ford anunció en el Salón de París que podría reducir hasta en 15% la producción de sus plantas en toda Europa, a fin de adecuarse a la baja demanda que se está viviendo en los principales mercados automotrices de ese continente.
John Fleming, director de Ford Europa, adelantó a Automotive News que en próximas semanas de darán a conocer los detalles de estos recortes que suponen echar a la calle a varios decenas de miles de trabajadores en sus plantas en Alemania, Inglaterra, España y Bélgica.
