Firmes 3 de Detroit en demandar ahora $34,000 mdd

Rick Wagoner (GM) llegó en un Volt eléctrico, Alan Mullaly (Ford) lo hizo en un Escape híbrido y Robert Nardelli (Chrysler) en un Dodge EV eléctrico también. Los tres, junto con el líder de la sindical UAW, Ron Gettelfinger, arribaron al Capitolio en Washington ayer para exponer sus planes de negocio a fin que el Comité de Bancos del Senado de Estados Unidos les autorice un crédito blando de $34,000 millones de dólares para salir adelante de la crisis económica que agobia a ese país.

Aunque «los cuatro fantásticos», como pudieran ser bautizados Wagoner, Nardelli, Mulally y Gettelfinger por la proeza no cumplida de conseguir $34,000 millones de dólares de los legisladores, la mayoría de ellos reacios a ese préstamo sin garantías, fueron recibidos bajo un clima interno más «cálido» que la vez en que fueron regañados por los senadores, las facilidades económicas no fueron alcanzadas aún. Tendrá que pasar una semana más para ello.

El lider sindical de la UAW fue más allá de las peticiones y casi llegó a la amenaza: «Si no fluye el dinero ahora, en un mes la General Motors desaparecerá del mapa industrial en este país», dijo.

Nunca se hubiera visto tanta cordialidad en quien representa a la parte laboral cuyo futuro es incierto porque han habido más de 100 mil despidos en la industria automotriz y todavía el representante de los obreros dice que buscará ser más flexible para que ambas partes salgan adelante, sin hablar de la irresponsabilidad cometida por las empresas ante el fracaso financiero.

Criticados la vez pasada, hace tres semanas, en que llegaron cada uno de los ejecutivos a bordo de sus respectivos jets y gastándose cada uno %50 mil dólares en el mejor hotel de Washington, ahora se prestó a la burla publicitaria cuando se dijo que condujeron cada uno sus vehículos desde Detroit hasta Washington, D. C. a bordo de su Volt eléctrico, en el caso de Richard Wagoner; el Escape híbrido, conducida por Mulally y el Dodge EV amarillo eléctrico de Bob Nardelli.

Se dice que el presidente de GM primero manejó un Chevrolet Malibú híbrido y luego cambió al Volt (quizá para no quedarse varado en caso de una falla eléctrica).

No todo fue miel sobre hojuelas para los ejecutivos de las tres armadoras norteamericanas. El senador republicano por Alabama, donde se ubican las plantas de Honda y Mercedes-Benz, Richard Shelby, de plano les dijo que lo mejor era que se declararan en quiebra y que de esa forma se reestructuraran. Este legislador es considerado por las armadoras norteamericanas como un enemigo terrible por su «antiamericanismo» dicen, en materia automotriz.

Hace tres semanas los ejecutivos de la industria exigían $25,000 millones de dólares para paliar sus problemas. Ahora dicen necesitar $34,000 pero un especialista consideró que la industria va a salir de una bancarrota sólo si le inyectan de $75,000 a $125,000 millones de dólares. Un senador dijo en términos de castellanización: «No tienen llenadera».

El senador demócrata Christopher Dodd tomó como «catastrófica» una eventual quiebra de las empresas.

Las plantas de están comprometiendo a reducir costos, eliminar marcas innecesarias, disminuir el número de distribuidores y producir vehículos más eficientes y económicos.

Las fotos de Automotive News dan cuenta de cómo llegaron a Detroit los ejecutivos.

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