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Los críticos se quedaron con las cejas arriba. El efusivo Sergio Marchionne dice este mediodía en el gran edificio de Albourn Hills –donde no dejaron entrar cámaras a los medios de comunicación– que Chrysler venderá para 2014 alrededor de 3 millones de unidades al año, contra el 1.5 millones que alcanza ahora. Más de cinco reporteros sonrieron excépticos (incluidos nosotros desde acá).
Uno de los reporteros estadunidenses dijo a voces: «Él creé que FIAT es lo mismo que Chrysler, pero se equivoca». Lo dicho: Marchionne sacó en 2006 a FIAT de una fuerte crisis, pero se vendían bien su Panda y el Punto le permitió un respiro en los mercados donde incursionaba. Chrysler no. Los productos no de venden. Las otras dos norteamericanas, GM y Ford, le han dejado muy atrás con sus productos grandes y de gran consumo de gasolina. Los japoneses como Toyota le han superado.
Y Marchionne viene entusiasta a la junta de hoy en Auburn Hills. Pero es otro en Europa donde le preocupa si FIAT va a estar en la jugada de los competidores VW, Renault-Nissan, de los chinos y aún de los rusos. O si con Peugeot conseguirá algo más que algunos acuerdos regionales. Todo menos hablar de Chrysler allá.
Hoy reúne a periodistas sin cámara (para qué convocar a una rueda de medios si no permite el acceso con las herramientas de trabajo: ¡horror!). Les está esbozando un plan de negocios a cinco años. Que habrá modelos nuevos, que Jeep seguirá fuerte en los próximos años, que…
Pero algunos europeos presentes juzgan más de lo mismo. Una repetición de 2006 pero ya no en Turín sino en Detroit. El excepticismo es mayúsculo por los resultados de Chrysler en octubre. La que más cayó.
La junta maratónica sigue, pero algunos colegas se han comenzado a salir de la sala luego de las repeticiones de cada uno de los directores de área en su participación.
