Un mundo globalizado. El despido también generalizado. En Estados Unidos más de 100,000 personas se han quedado sin empleo por trabajar en la industria automotriz en los últimos dos años. El impacto indirecto es para medio millón de familias si contamos las liquidaciones del sector de autopartes. Hoy corresponde a Chrysler LLC dejar sim empleo a 5,000 obreros asalariados, el 25% del personal bajo ese régimen y amenaza hasta con cerrar la planta de Delaware. Eso, antes que sea vendida a GM o Nissan; todavía no se sabe quién la comprará.
Chrysler LLC anunció lo anterior por boca de Robert Nardelli –aparece en la gráfica teniendo atrás a Tony LaSorda– y será una realidad a partir del mes de noviembre. Es la cuarta parte de los asalariados pero hay que aclarar que no todos los trabajadores de Chrysler tienen esta situación. Corresponde ello a menos de 20,000 empleados. Hay quienes trabajan por hora; hay gente de confianza. De todos modos la naturaleza de la noticia es la misma. Es terrible, desastroso para un país que se jactaba de liderar el libre comercio mundial, la globalización esplendorosa, la mano milagrosa, escondida, que dirigía el mercado por sus propias fuerzas, bajo sus propias leyes.
Chrysler, dice Automotive News, tiene 17,332 asalariados, el 25% serían 4,300. Para Detroit Free Press son como 5,000 los que se van a la calle en una semana más. ¡Qué Día de Muertos tendrán allá!
Hace un mes la tercera firma en Detroit anunció que echaría a 1,000 personas para ajustar su producción. Pero ahora amenaza hasta con cerrar la planta localizada en Delaware.
Ni siquiera la liquidación de los trabajadores será bajo el esquema tradicional de pagarles sus años de antigüedad. Nuevos modelitos de contratación les llevarán a los despedidos a tener que aceptar de todo: Desde arreglos para adelantar su jubilación, bajar sus pretensiones en el aspecto de pensiones, hasta aceptar vehículos nuevos en vez de dinero. Meses de crisis para la Chrysler se llevan por delante los derechos laborales, desde luego con una anuencia oficial que en aras de privilegiar el empleo les permitió a las armadoras de autos atenderse a sus anchas en el aspecto laboral. No cumplieron estas pero la ley laboral sigue siendo acomodaticia para negocios florecientes. ¿Qué pasa cuando las cosas cambian?
Chrysler LLC, empresa de Cerberus Capital Management, se encuentra en negociaciones con General Motors Corporation para que le sea vendida toda la parte automotriz. Pero también Nissan-Renault está formada en la fila de compradores. Y se habla de hasta una empresa automovilística china que pudiera ser Chery Automobile.
En Toledo, donde se produce el Jeep, tambíén están amenazados 1,725 trabajadores. La planta podría cerrar si las cosas se le empeoran a la Chrysler.
Pareciera que el dicho de GM o Nissan es: «Cierra las plantas que tengas que vender antes que yo te compre. No quiero adquirir problemas». Y los trabajadores de más lo son. «Drásticas acciones para un momento drástico», dice Automotive Consulting, quien vive de las contrataciones que le hacen las propias armadoras.