Aunque fueron aliados en la Segunda Guerra Mundial Alemania y Japón, para las cosas de la industria automotriz no todo siempre sale bien. Suzuki está acusando a Volkswagen de violación de contrato establecido para una adquisición de acciones de la segunda sobre la primera. Inmediatamente después de que VWAG no llegara a acuerdo alguno para fusionarse con Porsche. Cuestión de intereses.
El asunto está asi: Suzuki había tenido un convenio anterior al de VW con FIAT para suministrarle motores. Pasó el tiempo. Y cuando VW se interesó por tomar acciones de Suzuki, esta aceptó. Ahora VW acusa que aquel acuerdo con FIAT no debió haber existido. La verdad es que ya no le interesa salir con Suzuki (porque dice que le engañó con FIAT) y ahora quiere quitarle del dedo el anillo de compromiso.
Todo esto en el mismo escenario en el que Porsche tiene, en estos momentos, una fuerte investigación –fuerte quiere decir a fondo, que para términos mexicanos es válido porque acá nada llega a fondo–sobre las actividades de dos ejecutivos dentro de la organización. Uno es el director anterior de Porsche y otro su jefe de finanzas.
Suzuki le está recibiendo motores diesel de FIAT y VW la acusa de violar el pacto común. La japonesa se ofende y pide a los alemanes explicación. Pero etos, como es su costumbre segundaguerramundista, no la quieren dar. Y las cosas se crispan entre ambas marcas automotrices.
Osamu Suzuki está ofendido de la acusación de Volkswagen el 30 de septiembre cuando dijo que Suzuki ha violado el convenio de trabajo entre su empresa y la nipona. Dice VW que Suzuki violó el acuerdo de 2009 entre ambas empresas por recibir Suzuki motores diesel de FIAT. En ese entorno, VW daría motores de esas característricas a Suzuki.