Accidente de autónomo en EEUU pone en evidencia su necesaria perfectibilidad

El mes pasado, marzo 18 en Tempe, Arizona, un vehículo autónomo probado por Uber, atropelló y mató a Elaine Herzberg, de 49 años de edad. El hecho puso en alerta a las autoridades responsables de la regulación de este tipo de unidades para la circulación citadina, pero también exige la atención de los fabricantes para reevaluar el desarrollo de la tecnología «sin volante» para que se establezcan parámetros de absoluta seguridad a bordo. 

La Volvo CX90 Uber autónoma de prueba, arrolla a un peatón en Tempe, Arizona (Foto de agencias).

Los cientos de pruebas de auto-conducción que se han llevado a cabo en el mundo, por parte de fabricantes de automóviles y de empresas de electrónica como Google, tienen una pausa causada por el accidente de Tempe, Arizona que terminó en una fatalidad.

El profesor Bryant Smith, profesor de la Universidad de Carolina del Sur, especializado en el tema de auto-conducción, dijo a Automotive News que este incidente fue visto como una inconformidad en la historia del manejo automatizado. Este es un trabajo en progreso que quizá nunca será perfeccionado.

La conducción autónoma, sus retos, sus riesgos, sus éxitos (Foto de BMW).

La empresa Uber lleva a cabo pruebas de observación de vehículos con el sistema de auto-conducción. Ofreció a su colaboradora Rafaela Vázquez, exconvicta de 44 años, abordar una camioneta utilitaria Volvo CX90 para evaluar el sistema. El domingo 18 de marzo pasado, por la noche, en una de las calles de Tempa, pequeña ciudad cercana a Phoenix, Arizona, en Estados Unidos. Marchaba a una velocidad moderada cuando cruzó la calle Elaine Herzberg, una persona de 49 años que vivía en la calle pero estaba en vías de conseguir trabajo y vivienda. Iba con su bicicleta, cargando esta, cuando fue embestida por el vehículo, golpeándola y quien perdió la vida en el hospital al que fue llevada.

El accidente mortal mueve a los fabricantes de autos autónomos, a la industria de la electrónica que también trabaja en el mismo sentido, y de sus proveedores de computadoras y sensores, a revisar bien en qué estatus se encuentra la fiabilidad de estos sistemas y su implementación segura en las calles.

La autonomía, su legislación, su regulación (Foto de Ford).

Se debene revisar los límites que tiene la industria que sale a las calles a probar sus sistemas no garantizados aún. Y a la autoridad a legislar sobre quién es el responsable de un accidente así. En este caso Uber, la conductora o el fabricante Volvo.

Ello obliga a legislar en la materia.

Y en México, es una verdadera vergüenza que, mientras apenas se comienza a legislar en materia de autos híbridos y eléctricos, el tema de autonomía no se ha tocado si quiera.

Sirva la reflexión para abrir la discusión sobre este tipo de conducción autónoma. Sus fiabilidades, sus riesgos y los retos que se presentan en el presente y hacia el futuro.

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