Sacara GM $2,700 mde a gobiernos para rescatar a Opel

Nick Reilly, consejero delegado de GM-Opel, está armando a su equipo de trabajo para rescatar a la firma alemana-norteamericana del ocaso. De lograrlo, recibirá de los gobierno europeos donde Opel tiene plantas, una ayuda extraordinaria de $2,700 millones de euros. La moneda está en el aire.

Pero para vender mejor la idea a los gobiernos europeos, GM inyectó en diciembre pasado $638 millones de euros para que Opel cerrara operaciones «más o menos manejables». De no haber girado ese dinero la filial hubiera amanecido en enero con un tremendo calabro financiero. La Navidad se salvó para los 50 mil trabajadores que laboran en las más de siete plantas en el viejo continente.

Si las nacionalizaciones ya no existen en el mundo financiero neoliberal, ¿cómo se le debe llamar a esta intervención multiestatal globalizada? Eso pareciera no preocuparle a Nick Reilly cuya encomienda es armar un profesional equipo de trabajo que haga frente a dos grandes retos: Despedir gente para adelgazar a la Opel y tener contentos a los gobiernos de Inglaterra, Bélgica, España, Alemania, Hungría y Rusia. No cerrar las plantas y con los recursos por ser otorgados, sacar adelante a la compañía del rayito veloz.

GM no ha reonocido publicamente que se equivocó rotundamente cuando primero dijo que sí vendía Opel (a la misma Ángela Merkel, canciller alemana que tiempo después se sintió defraudada, engañada) y luego se echó para atrás al enterarse bien y con datos, que en la venta de Opel estaba atrás un gran banco ruso cuyo gobierno ya se sobaba las manos con la «herencia» tecnológica que representan más de 100 años de experiencia de Opel en Europa.

Reculado el asunto, GM le ha pedido, exigido a Reilly que sea capaz de afrontar estos grandes retos y darle a la corporación nuevamente la tranquilidad de seguir trabajando en el enorme reto de estabilizar a GM en Estados Unidos y en Europa (en China navega el velero bergantín a todos los nudos posibles).

GM tiene que devolver al gobierno norteamericano $50,000 millones de devaluados dólares del pueblo estadunidense. Los primeros centavos ya comenzaron a fluir luego de su cierre de 2009 en donde las «ganancias» fueron cuasi representativas.

El gran reto es 2010. El Departamento del Tesoro ha dicho a GM que no le puede soltar más dinero. O es una empresa eficiente o cierra definitivamente sus puertas. El presidente Obama no quiere eso porque su definición sobre la generación del empleo quedaría en entredicho. Pero tampoco dará más dinero si los ejecutivos adquiridos no saben cómo hacerlo: Poner a GM en números negros y ganancias estables.

El armado del equipo comienza para Reilly –quien dirigió a GM.Daewoo años atrás–. Se ha hecho de personal alemán (Reinald Hoben, jefe de producción), belga (Alain Visser, gerente de ventas y mercadotecnia) o por ejemplo el inglés Mark James que ya se estrenó como director de finanzas.

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