La empresa estadunidense fabricante de baterías de ion de litio, A123 Systems Inc., se acogió ayer al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, al presentar insolvencia económica para pagar a proveedores. A punto de la bancarrota y con problemas en sus baterías que se mostraron en algunos autos eléctricos como la marca Fisker, hoy aparece la firma china Wanxiang con ganas de comprarla.
La empresa de Estados Unidos informó que sus problemas financieros la han orillado a acogerse al Capítulo 11 de bancarrota, a fin que el gobierno la proteja de la voracidad de los bancos que, sin esa ley, podrían acabar con ella en cuestión de horas. Protegida, buscará renegociar su insolvencia.
Según un cable de Bloomberg del día de hoy, la empresa de componentes Wanxiang, ha manifestado en Bejiing que puede presentar un financiamiento para sanear la economía de la estadunidense. Ahora falta ver si el gobierno de uno de los tres países norteamericanos se anima a aceptar esta ayuda de una nación que es su enemiga comercial.
La firma china no negó su intención de tomar las acciones de A123 Systems, una de las más grandes fabricantes de baterías de ion litio que surte practicamente a toda la industria automotriz de Estados Unidos, incluidas GM, Fisker, Tesla y otras.
Un apoyo de dinero fresco podría frenar los procesos legales de la bancarrota de la estadunidense, por lo cual los analistas prevén que pudiera surtir un efecto positivo para la empresa proveedora de baterías.
Ayer se especulaba que Jonhson Controls, fabricante de baterías de uso automotriz tradicional, y quien trabaja en proyectos de ion de litio, podría animarse a tomar acciones en A123, pero la poderosa autopartista no quiso hacer declaraciones de ningún tipo aún.
Un auto de la marca Fisker estalló en llamas, lo que se investigó para ver si las baterías de ion de litio fueron las causantes del problema. Las ventas de la automotriz comenzaron a bajar y los pedidos de baterías a limitarse poco a poco.