Horas para que Opel-Magna deje de ser parte de GM

Paso histórico en la historia de la industria automotriz alemana. A unas horas para que General Motors deje de ser la dueña de Opel y Magna International, una empresa de autopartes, sea la que lleve el timón de la firma, a pesar que aún no se acuerda con cada país donde se tienen plantas, cuántos despidos habrá en cada cuál.

Opel Alemania esa bandera nunca másUn día después seguramente esa bandera norteamericana de 50 estrellas (que aparece en la foto de Automotive News) será retirada para nunca más volver a ondear. Como tampoco ondeará la influencia de GM más en la nueva compañía, a pesar que la estadunidense se queda con un 35% de acciones, pero sólo para no perder el privilegio de recibir tecnología Opel para la mayoría de sus unidades, al menos la de mayor éxito en Norteamérica y Sudamérica, al convertirse ahora en una marca regional, ya no mundial.

La Comisión Europea recibió la queja de gobiernos como el de España, Inglaterra y Bélgica, porque la negociación entre Magna Internacional /Sberbank Rusia y GM-Opel / Gobierno alemán, se estaban llevando a cabo con criterios políticos.

Fue conocida la influencia que la canciller Ángela Merkel, ávida de ganar las elecciones alemanas del 27 de septiembre pasado, presionó para la negociación a favor de cuidar la pantilla laboral germana. A cambio, la estadista prometió una ayuda de $4,500 millones de euros. Las protestas no se hicieron esperar.

En las pláticas de estos últimos 15 días, Magna International y Sberbank Rusia se han comprometido a inyectarle a Opel $500 millones de euros –el dólar no es más la moneda de cambio en la nueva compañía– de inversión en Rusia para revitalizar la marca y hacerla una empresa global.

Pero las reacciones de los trabajadores –que en Europa son libres y no padecen terorrismo de Estado de sus gobiernos– no se han dejado esperar. Se preguntan dónde está el beneficio de hacer de Opel una ente global si se tiene que pasar la tijera a la plantilla laboral. Magna-Sberbank dicen que tienen que despedir a 10,500 obreros para «hacer competitiva» a la nueva empresa. Los países más afectados serán España y su planta en Figueruelas, así como Bélgica e Inglaterra, donde se habla de cierre de plantas en menos de cinco años.

Magna le está garantizando a Figueruelas sólo dos líneas de producción para 478,000 vehículos, cuando había incluso el proyecto de un nuevo modelo para la planta. Lo que los empresarios españoles reclaman es «por cuánto tiempo ocurrirá eso, porque podríamos perder la planta en cinco años».

Y lo que se juzga en la Comunidad Europea, en manos precisamente de España en estos momentos, es la paridad que debe haber en las relaciones de Opel y Magna con todos los países involucrados en la fabricación. Alemania, dicen, no debe gozar de privilegios porque siendo Opel una empresa globalizada, debe globalizar también los despidos. Parejos para todos y no con prebendas para la Merkel y sus negociadores, aún y que la planta matriz esté en Alemania.

La bola está del lado de los trabajadores porque estos se comprometieron en todas las plantas a reducir los costos a cambio de recibir el 10% de las acciones de la compañía, pero nunca les dijeron que tendrían que salir 10,500 en menos de dos años.

Bélgica también está haciendo su parte. La planta de Amberes debe reducir producción y bajar el número de empleados. Estos se han comprometido a bajar hasta $20 millones de euros sus costos, pero Magna considera que si hay una planta que deba cerrar, es la de Amberes.

Gliwice, en Polonia, fabrica Zafira y Astra para Europa, pero el ministerio de economía desmintió hoy que el gobierno de ese país fuera a dar un financiamiento a esa planta que es otra de las candidatas a cerrar.

Los líderes sindicales españoles dices que no se puede hacer un ajuste de empleados ahora y en cuatro años de todos modos cerrar las plantas.

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