Lo hemos dicho mil veces: En México vivimos en el reino de la simulación. Hacemos como que nada va a aumentar, pero en realidad sí. Va a aumentar la gasolina y el diesel 5.5%, pero casi ni se va a sentir con dos centavos al mes por litro. El gobierno de Felipe Calderón dijo en campaña que eliminaría el inconstitucional impuesto a la tenencia de automóviles, pero no dijo cuando y será hasta febrero de 2011, un poco menos de un año antes que se vaya.
¿Creceremos como ciudadanos ante tanta mentira?
Se nos ha creado a los mexicanos una cultura del achaparramiento y no hablo de la estatura del personaje. Podríamos ganar un campeonato de futbol, pero para qué. Debemos de votar por tal o cual candidato aunque no cumpla sus promesas, «si ya sabemos que siempre es igual, siempre es lo mismo».
Esta cultura del conformismo destruye el alma. Mina nuestros valores de dignidad y respeto a nosotros mismos.
¿Cómo es posible que un candidato como Felipe Calderón que dijo iba a ayudar a la economía de las mayorías impidiendo aumentos en gas, gasolina, luz, agua y productos básicos, antes del segundo periodo como habitante de Los Pinos está haciendo lo contrario. ¿Dónde queda la palabra de este señor?
En un mitin donde se le recibía con aplausos, también en campaña, aseguró que era un abuso histórico que todavía quienes poseen un automóvil tuvieran que pagar un impuesto tan injusto como el de la tenencia vehícular desde hace casi ya 40 años. «Vamos a acabar con eso». Y la gente le aplaudía y lo vitoreaba. Y el sonreía y se dejaba querer por la muchedumbre.
¿Qué pasó? Pues que no cumplió su palabra. Primero porque dijo que este impuesto pasaría a los gobiernos estatales y serían ellos los responsables de decidir si lo derogaban en sus entidades o lo aplicaban para beneficio de cada comunidad.
Luego, en su reforma hacendaria encadenada entre el PRI y el PAN en sus turbios manejos políticos, se aseguró que se va a eliminar… pero hasta febrero de 2011.
¿Qué significa en términos prácticos? Que casi todo el periodo 2006-2012 se va a aplicar el impuesto que Felipillo prometió elliminar. Casi cumplió.
Y lo peor de todo es que va a ver gente que diga: «Bueno, ahí está, casi cumplió, no que hay otros que no cumplen».
Simulación de los cambios, mis queridos amigos.
Como ya lo anticipábamos aquí en otros artículos, viene el alza a la gasolina que además se aplica con el famoso 1% de impuesto adicional al inexistente apoyo a la ecológico ¡¿cuál, en dónde, a qué hora? ¿dónde están esos millonarios recursos?) por lo que hay gravámenes adicionales al porecio. Haga sus cuentas y vea en cuánto le va a salir ahora llenar el tanque de combustible del automóvil.
Es tiempo en que usted y yo pensemos seriamente en la necesidad de ahorrar el combustible al máximo, contaminar lo menos posible, utilizar el auto sólo para aquellas necesidades apremiantes y adquirir vehículos con tecnología limpia y que menos deterioren el medio ambiente.
«¿A apretarse más el cinturón? Si ni a pantalones llego», reza la voz popular.