Por Gabriel Covelli
Con la presentación del prototipo mexicano, el Etxe VUHL 05, el día de hoy en el Festival de la Velocidad (Festival of Speed) que se lleva a cabo en Goodwood, Inglaterra, se muestra una raíz de la ingeniería mexicana, hoy prácticamente extinguida.
Goodwood hace honor a la ingeniería: El McLaren P1 (Fotos agencias).
El impresionante proyecto llevado a cabo por los hermanos Echeverría, Guillermo e Iker, liderados tecnológicamente por su padre, el piloto y constructor, Guillermo Echeverría, es el resultado de casi 50 años de desarrollo tecnológico en el campo automotriz y más específicamente en el auto de carreras que es el laboratorio en donde toda la industria mundial ha tenido su base principal de desarrollo.
Se puede afirmar que el resultado de este proyecto, es una especie de punta de un iceberg, el cual se fue formando desde las décadas anteriores a los cincuenta, cuando varios pilotos iniciaron la construcción de autos de carreras para pistas generalmente de ovalo, personalidades como Miguel E. Abed, los hermanos Solana, José Antonio y Javier, Francisco Estrada Menocal, y algunos más que desafortunadamente desconocemos.
Ford GT40 se exhibe en Goodwood. En uno así ganó Pedro Rodríguez las 24 Horas de LeMans.
Posteriormente en los cincuenta se fortalece la construcción de autos de carreras de manufactura nacional, movimiento que genera un Reglamento de Mecánica Nacional, en base a los vehículos construidos por Fred Van Beuren Sr. con sus Especial I y Especial II -el primero que después fue base para la realización del LT Especial por el señor Lerdo de Tejada, el cual compite todavía en pruebas coma La Carrera Panamericana o el Desafío de la Frontera-, así como unidades construidas por Paco Ibarra, Alberto del Campo, Jorge Sánchez Bocanegra y algunos más.
La experiencia y los conocimientos del Sr. Van Beuren resultan la base fundamental para la siguiente y más interesante etapa del diseño y construcción de los autos de carreras mexicanos, etapa iniciada por Eduardo Tobalina, a principios de los sesenta al construir, influenciado por los Fórmula Junior europeos, el primer monoplaza moderno mexicano, lo cual desembocó en un reglamento nacional de los Fórmula M.
(Nota en desarrollo).