Por Gabriel Covelli
Termina el Gran Premio de Japón con un amargo sabor producto del desafortunado accidente que sufrió el joven piloto Jules Bianchi. Podríamos analizar muchos aspectos para explicar por qué sucedió pero hay muchos elementos que las autoridades no previeron y que ahora están tratando de implementar con medidas al respecto.
Jules Bianchi sigue grave (Foto archivo).
Es probable que la mejor solución para este tipo de accidentes, es aplicar lo que se está utilizando en la prueba de Las 24 Horas de Le Mans, en donde, cuando surge un accidente, inmediatamente se encadena ese tramo de la pista. Una considerable distancia antes del accidente y otra igual después del accidente. Los pilotos tienen que circular a muy baja velocidad con un sistema como el que se aplica en la actualidad para circular en en callejón de los fosos de servicio o pits.
Respecto a si hubo fallas en los señalamientos, esto es difícil de analizar. Con todo y que hubo una bandera amarilla antes del accidente, los pilotos no respetaron ir a baja velocidad, como bien lo demuestra la telemetría en donde Bianchi circulaba a 212 Km/h en esa curva, la 7.
Hubo pilotos como Erickson que no disminuyeron la velocidad, pues iba a 231 Km/h.
El estado de salud del joven piloto francés es muy grave. Habiendo entrado con un trauma encefálico grave, han pasado casi ocho días y sigue en estado inconsciente. Sufre una lesión axonal difusa que significa la «desconexión» entre las neuronas de una parte del cerebro, producto de la desaceleración que sufrió tan fuerte, que fue de 50 G (hay que recordar que en el accidente de Sergio Pérez en Mónaco hace dos años, su cerebro resintió un desaceleración de 38 G).
Se diagnostica para Bianchi un estado de coma muy prolongado con un diagnóstico reservado.