Tesla en el torbellino de intereses, el mando único y la viabilidad futura

Cuando Elon Musk, JB Straubel, Martin Eberhard y Marc Tarpenning salían de la disuelta división de autos eléctricos de General Motors, y crearon Tesla Motors y luego Tesla Incorporated ya en la Bolsa de Valores, jamás imaginaron que iban a recibir todo tipo de presiones para sucumbir. Hoy, Elon Musk quiere apropiarse de la firma y busca alianzas internacionales. Producir autos eléctricos eficientes a menor precio que la industria automotriz, tiene su precio. Veamos.

Oficinas de Tesla Inc. en Palo Alto, California (Fotos de Tesla).

Esta historia comienza por el final: Elon Musk, el CEO de Tesla Inc. twitteó que la firma automotriz de vehículos eléctricos y venta de paquetes de pilas de ion litio, tiene viabilidad y saldrá adelante con la «privatización» de la firma por parte de él. Sus socios están preocupados, la Bolsa también y las autoridades que vigilan las actividades de las empresas, están alertas de lo que Tesla haga próximamente. Y es que las pérdidas en años anteriores de la firma, la duda de los accionistas que apostaron por el triunfo de la fábrica eléctrica y que ahora ven en riesgo sus papeles accionarios, tienen en un serio cuestionamiento a la sede de Palo Alto, California, Estados Unidos.

Se han desatado noticias en los medios periodísticos de aquel país, donde se afirma que Elon Musk va a aceptar al Fondo de Riqueza Saudí que apostaría por «rescatar» a la empresa. Pero ni el propio Musk ha afirmado nada sobre el apoyo de Arabia Saudita. Y mientras la autoridad hacendaria, SEC, le investiga por afirmaciones erróneas a través de las redes.

Elon Musk, contra todos los intereses creados en su contra.

Tesla Motors se creó cuando los cuatro integrantes del equipo que salió de General Motors vieron la viabilidad de un nuevo proyecto independiente de autos eléctricos, partes para motor eléctrico y baterías de ion litio vendibles estas en paquete a empresas como Daimler y Toyota. En 2003 salió a la lista de empresas automotrices con el nombre de Tesla, en honor al físico e ingeniero eléctrico serbio Nikola Tesla.

Luego de la creación de un auto deportivo de alta velocidad, el Tesla Roaster, donde se demostró que un auto eléctrico no tenía por qué ser feo y aburrido, se han producido en serie el Modelo S, un sedán de lujo que compite contra otros del sector automotriz mundial, y luego un compacto, el Modelo 3 del que se prometió producir 500 diarios y abastecer a todo el mundo con cumplimiento del pedido de una a cinco semanas; más tarde ha salido el Modelo X sobre la plataforma del 3, que es una SUV con apertura de puertas traseras al estilo del «alas de gaviota».

La cuarta generación del Tesla Roaster 2.5, veloz y nada aburrido, pero eléctrico.

Pero todo se le ha complicado a Musk por la confabulación, difícil de demostrar en los hechos, de las empresas afectadas como las actuales de la industria automotriz, General Motors, Ford y FIAT Chrysler, las 3D («Las tres de Detroit») de Estados Unidos y otras. Y también por medios serios de información que han puesto la lupa del análisis sobre Tesla, pero no así sobre otras empresas de la combustión interna contaminante.

El Plan Maestro de Tesla, en uno de sus párrafos dice sobre el objetivo de la empresa: «Se fundó… para combatir el calentamiento global y las muertes por la contaminación debida al transporte». En la nomenclatura llevan la amenaza para una industria tradicional que vale miles de millones de dólares en el mundo.

Seguiremos con el tema.

Jeffrey B. Straubel, uno de los socios de Tesla.

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