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Cuando esta noche se cierre la venta de automóviles y camiones en Estados Unidos al mes de julio, los analistas prevén que la caída será de un 15% aunque habrá casos en que este porcentaje sea superado por la aún más difícil situación económica que viven las familias estadounidenses y que las aleja de pensar en adquirir un auto nuevo en estos días de incertidumbre.
Las condiciones del mercado automotriz norteamericano son adversas a su crecimiento.
Por noveno mes consecutivo las ventas de vehículos automotores en la Unión Americana irán a la baja, por lo que los analistas han hecho pronóstico tras pronóstico a fin de adecuarse a la real demanda de autos en ese país. Al final, y al cierre del 31 de julio, las ventas este año dificilmente superarán los 14 millones de unidades en su conjunto. La baja es casi general, con excepción de Honda que ha registrado aumentos moderados.
Dicen las fuentes consultadas que este será el peor periodo de crisis automotriz desde la recesión del 2001 cuando la economía norteamericana dio muestras de su debilidad, provocada principalmente por una irregular función pública sobre los gastos excesivos en materia militar y un déficit en la cuenta pública que supera ya los $500 mil millones de dólares para el Presidente Bush.
Aunque el rango de caída es muy amplio para las armadoras tradicionales, según los analistas, estas no dejan de ser sorprendentes. General Motors registraría entre 22 y 27% de caída; Ford se establecería entre 12 y 26% y Chrysler entre 19 y 35%.
Toyota y Nissan también registrarían descensos en sus ventas de julio.
