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Del asunto de espionaje en la Fórmula Uno de McLaren hacia Ferrari, la escudería inglesa es la que no ha librado todo y se enfrenta a un «choque de trenes» como decimos en México: Ron Dennis apela la decisión de la FIA de sancionarla por el contratiempo del sábado previo al Gran Premio de Hungría, Lewis Hamilton declara hoy que «será difícil seguir adelante con estos problemas pero hay que hacerlo» y Fernando Alonso y familia están casi con un pie afuera del team británico.
¿Dónde empezó el problemón Ron?
Una verdadera pesadilla han significado todos estos problemas para Ron Dennis, presidente de McLaren, quien ya pide esquina: Ha solicitado a Jean Todt que traten ambas escuadras de limar los asuntos en privado, no en los medios y tampoco en los tribunales.
Jean Todt dijo ayer a la prensa italiana que precisamente eso es lo que propuso él desde el principio, recordando que hubo un acuerdo de caballeros desde hace tres meses en que el asunto del espionaje se comenzó a ventilar, «pero no me hicieron caso». Hubo, dijo, una actitud de hipocresía en McLaren.
Por eso el director de la Scudería Ferrari ha tomado una actitud más ofensiva desde hace dos semanas.
El sábado pasado, en las pruebas de calificación para el Gran Premio de Hungría, Fernando Alonso había conseguido el mejor tiempo y entró a pits justo cuando Lewis Hamilton pretendía cambiar llantas para salir y mejorar el tiempo de Alonso. .Pero este se tardó más de la cuenta (10 segundos) y Hamilton ya no pudo calificar y se tuvo que conformar con el segundo sitio de partida.
Esa misma tarde los comisarios de la FIA en la carrera, determinaron «alevosía y ventaja» de Alonso contra su compañero, pero también sancionaron a McLaren. Al primero lo relegaron al sexto puesto de arrancada y a McLaren a no tener puntos dentro del campeonato de marcas.
McLaren está contraviniendo esta decisión de la FIA y ahora la Corte de Apelaciones de París tiene dos asuntos que resolver en tribunales a finales de agosto: la apelación de Ferrari contra McLaren porque la FIA dijo que no había evidencias del uso de la información entregada a la escuadra inglesa, y el asunto de McLaren en el GP de Hungría.
Lewis Hamilton se mostró decepcionado de lo que está sucediendo. El joven de 22 años lamenta no hablar con su compañero porque Alonso ya no le dirige la palabra.
Fernando, acompañado de su familia, salió el domingo a una charla con gente de BMW y de la escudería Renault. Al salir del pit, Flavio Briatore dijo que no había nada que comentar sobre la plática con Alonso.
BMW hoy se deslinda del asunto Alonso y dice que no tiene nada que ver.
Todo mundo hoy sabe que el español está pidiendo lo acepten en otra escudería que no sea McLaren.
Dennis en un intento de sofocar el fuego, dijo en Londres que el trato a los pilotos seguirá siendo igualitario para los dos pilotos. Pero esto ya no apaga ni una chispa.
Alonso está molesto y con razón. Se le contrató para ser piloto estelar porque parece que mucha gente ha olvidado que es el campeón del mundo dos veces.
Su enojo es porque, muy a la inglesa, el trato al que está acostumbrado un latino no debe ser tan frío como el que le dan.
Pero Lewis ha merecido mejor actitud de los mclarenistas, y al niño lo traen en ropaje de hilos de oro.
Fernando Alonso tiene contrato por dos años con McLaren. A todas luces ese convenio no se va a cumplir y el español buscará salida jurídica a esta atadura.
Tampoco a Ron se le ve con ganas de detenerlo. Nunca se llevaron bien; no hubo empatía desde el principio.
El asunto del espionaje que fue benéfico para McLaren, aunque se diga lo contrario, complicará más las cosas cuando a fin de mes los tribunales civiles de Londres y Módena, metan a la carcel a los culpables del delito: Mike Coughlan de McLaren y Stepney de Ferrari.
Claro que este asunto da para más.
