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El Gran Premio de Mónaco no tuvo tanta emoción como se esperaba. Nico Rosberg hizo una gran carrera, dejando en segundo lugar a su compañero de Mercedes, Lewis Hamilton, cuyo esfuerzo le mereció este sitio pero estuvo a punto de perderlo con un embate decidido de Daniel Ricciardo a quien le faltaron dos vueltas para pasar al inglés. Mala racha para los mexicanos: Pérez abandonó desde la primera vuelta y Gutiérrez hizo un trompo que lo dejó fuera.
Rosberg demostró ser superior, pero difícil negar lo que hizo el sábado (Foto agencias).
Un comienzo malo para el mexicano Serigio Pérez. Su bólido se vio impactado por Jenson Button. Pero habría que recordar que Pérez embistió en el pasado Gran Premio de Mónaco de 2013, al inglés. Así que todo parece indicar que fue un cobro de cuentas. El venezolano Pastor Maldonado se vio involucrado en el incidente y también quedó fuera. Button continuó.
Algunos observadores, prensa europea, no pueden negar que Rosberg se vio atrapado el sábado entre chocar o de plano dejar pasar el crono para no perder su tiempo y con ello dejar que Hami se fuera arriba en la calificación.
Con el auto de seguridad, primera intervención de varias durante toda la carrera, el reacomodo quedó con un Rosberg adelante y un Hamilton que no atacó nunca. No pudo porque el alemán demostró superioridad en el manejo, mejor precisión y porque Lewis tuvo que salir con el «pero» de que traía una basura en el ojo y que le lastimaba. Así hasta que quedó en segundo lugar y bajó de su auto sin saludar a su compañero. La guerra está declarada estupidamente para Lewis quien ya no recuerda su maniobra en España donde utilizó de más el uso del motor eléctrico para forzar al motor de su Mercedes, contra las disposiciones del equipo.
Rosberg, Hamilton, Vettel, Raikkonen, Ricciardo y Alonso marchaban al frente.
Vettel pierde potencia en las primeras vueltas. Se queja. Pero este piloto no se ha logrado «hacer» a las nuevas características del auto, lo que es más fácil para Ricciardo que es nuevo. La vieja escuela de manejo de las carreras de F1 no son las mismas en 2014. Los nuevos aprenden rápido, los «veternanos» tienen más trabajo que hacer para las nuevas características. Luego de la falta de potencia vienen los problemas en la caja y finalmente el alemán queda fuera frente a un Carlos Ghosn, presidente de Renault, que acudió a ver la competencia.
Los comisarios prometen investigar el incidente de Pérez y Button, pero al cierre de esta nota no hay nada. Dificultades propias de la carrera. Se anuncia penalización para Gutiérrez, de ocho segundos. Y siguen otras sanciones similares para varios pilotos.
Por la vuelta 26 Rosberg entra a pits pero no pierde su posición porque meten al mismo tiempo a Hamilton, atrás de él. Un nuevo incidente hace llamar nuevamente al auto de seguridad, motivado por un incidente entre Magnussen y Sutil. Para la 30 Raikkonen cae al lugar 13 luego de entrar pits donde se tardan un poco.
Para la 39 Ricciardo ya rueda en tercero, seguido de Alonso y un Massa que se hace del quinto lugar seguido de Hulkenberg y Magnussen, Button, Bottas y Gutiérrez en décimo.
Vuelta 52 abandona Vergné y en la 58 Massa queda también fuera al tener incidente. En la 62 el trompo de Gutiérrez motiva su salida al pinchar su neumático trasero derecho, causado por un contacto con la barda de contensión.
La verdadera emoción de la carrera se da en las últimas vueltas donde Ricciardo se da cuenta de que puede alcanzar y rebasar a Hamilton. Pero este, todo colmillo, toma distancia, aprecia cuándo debe apretar y cuando bajar la velocidad. Imposible que Hamilton alcance, en cambio, a un Rosberg que le saca poco más de siete segundos.
Nico demostró una superioridad de manejo en todo momento contra su compañero de equipo, Lewis Hamilton que ha perdido piso en los últimos meses y está en la mesa de las discusiones por los roces constantes con sus compañeros de equipo, en Mercedes, mecánicos, estrategas de carrera y aún el director.
Semana de intenso trabajo al interior de la escudería si quiere salir de los dimes y diretes de la prensa por la actitud del inglés.
