Gobierno se hace bolas con deschatarrización

Ignorante del problema, el gobierno a través del secretario de Economía, Gerardo Ruiz, se hace bolas en la forma de cómo enfrentar el proceso de deschatarrización de autos y camiones en México. Lo peor: De $800 millones de pesos que destinaría a dicho programa, ahora lo baja a $500 millones. No hay dinero, dicen.

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Reuniones van y vienen con los ejecutivos de la industria automotriz en estos días, pero en ninguna se concretan acciones efectivas para sacar de la circulación más de 10 millones de vehículos basura. No sólo los que contaminan desde hace años el ambiente en las ciudades del país, sino aquellas ilegales que el gobierno de Vicente Fox de un plumazo «legalizó» por su obra y su desgracia personal.

Por tanto, desde el nombrecito –que si Felipe Calderón hiciera un concurso sobre tales motes a los programas este ganaría el guajolote de oro– «Programa de Destrucción Controlada de Vehículos al Final de su Vida Ütil» (Prodesconvefivitil, no, no es nombre de enfermedad), hasta la forma de implementarlo, el gobierno no ha podido ponerse de acuerdo con el sector.

Las bolas vienen cuando Economía quiere incluir a cierto tipo de unidades dentro de la segunda parte del programa que es el incentivo para la compra de autos nuevos a cambio de que el propietario deseche su vehículo usado.

Otro punto sin resolver son los incentivos fiscales los cuales el señor Carstens no quiere torcar ni con el pétalo de una rosa. Simple y sencillamente, bajar impuestos no, dice. Al contrario, están buscando cómo subirlos después de las elecciones de risa de este domingo.

El gobierno, sin experiencia en el tema, quiere que este Prodesconvefivitil, sirva para incentivar las ventas de la industria que ha comercializado 40% menos y cuya producción se ha caído 52% con el respectivo ajuste de personal en lo que han sido paros técnicos en casos no redituables para el trabajador y con la anuencia del secretario del ramo, el señor Lozano Gracia.

Quieren que el consumidor que tiene un vehículo obsoleto lo ceda para que la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero, a través de dos empresas de chatarra, se deshaga de ellos. A cambio, se le ofrecerá al ofertante un bono para la adquisición de un auto nuevo. Pero no para cualquier marca. Andan ahora viendo qué marcas entran y cuáles no.

Quieren hacer tan perfecto el Prodesconvefivitil como su propio nombre.

Y lo que se tendrá con este programita (otro más en los últimos dos sexenios), es el armado de una complejidad tal, que ese figurativo carchachón no más no va a jalar ni con cran (dícese de la palanca que servía hace dos siglos en los autos para arrancar el motor de marcha).

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