Fracasa GM con tenedores de bonos; bancarrota inminente

En su enésimo esfuerzo por convencer a sus tenedores de bonos para que acepten papel comercial en lugar de deuda, General Motors Corporation fracasó hoy en tal pretensión con lo que se perfila para la bancarrota inminente esta misma semana.

Sólo queda una esperanza a la mayor empresa automovilística de Estados Unidos y la que fuera el ícono representativo del sector fuerte de la economía norteamericana: Que los accionistas accedan al financiamiento del 90% de sus bonos con el fin de evitar que la empresa sea enviada por el gobierno de Barack Obama a la Corte Federal para declararse en bancarrota. Eso se definirá esta misma medianoche.

Fuentes cercanas a GM dijeron a la agencia Reuters que sólo falta ponerse de acuerdo en un sólo dígito para tratar de evitar la definición de bancarrota, pero otros analistas más realistas han coincidido en manifestar que la plataforma de cero es la mejor para que GM comience de a deveras una reestructura a fondo.

Lo que es inminente: La venta de la división Saturn en estos días muy probablemente a Roger Penske que ha conseguido, en principio, una negociación con Renault Samsung para que le provea una plataforma de auto popular «y comenzar a enseñar a la población una situación más realista en el consumo de combustible y el tamaño de los vehículos en una nueva cultura automovilística en este país», han dicho analistas del sector en Estados Unidos.

En México varios medios apegados al periodismo, nos hemos comunicado entre nosotros para analizar cuándo GM podría dar la declaración de bancarrota o si se libra de ella (poco probable esta posibilidad). Coincidimos con un corresponsal de Estados Unidos, un semanario financiero y este espacio, en que el miércoles podría ser el día «D» para GM. Pero los analistas de Reuters dicen que el jueves por la noche. Nadie espera el domingo 1 de junio como el día determinante, por ser fin de semana, no laborable, y porque Obama va a desear que lo que tenga que pasar se dé esta misma semana laboral, pensamos.

Otro analista de Morgan Keegan ha sido más negro en su apreciación: Pareciera que estamos ante un enfermo terminal en un escenario en el que sólo se espera que salga el doctor para que dé la noticia fatal».