Alto riesgo de un colapso en la industria; pierde 51% capacidad

Pierde la industria automotriz en México el 51% de su capacidad instalada en enero y con ello corre un alto riesgo de colapsarse. De los 2 millones de autos producidos al año, tanto para el mercado interno como la exportación, esta se caería a 1.2 y 1.5 millones de unidades con lo que se tendría que ajustar la planta laboral en 100 mil personas entre el sector terminal y el de autopartes.

De acuerdo a cifras recabadas por alvolante.info entre algunos socios de la Industria Nacional de Autopartes, la planta productiva nacional automotriz podría colapsarse a finales del presente año si no hay una reactivación de la demanda externa y de la interna también. «Pareciera que el gobierno está más preocupado por el asunto electoral que por salvar a las empresas que podrían quebrar en cadena de no haber suficiente demanda en los mercados», señaló un alto ejecutivo de una empresa fabricante de clutches en México que prefiere omitir su nombre y poder hablar de una manera clara y realista. «Los fondos que se han destinado al sector son insuficientes, llegan de manera tardía y no van a resolver nada si tomamos al sector como una industria que requiere mucho más apoyo por el tamaño de empresas que representamos», amplió.

De acuerdo a datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, AMIA, se produjeron al primer mes del año 81,533 unidades que, comparadas con las 166,149 de enero del año pasado corresponden a una baja del 51%. Esto matemáticamente es una cifra intolerable. Quiere decir que si el resto del año la planta productiva opera a la mitad de su capacidad, «deberá echar a la calle a la mitad de sus empleados. Estamos hablando de unas 100,000 personas si consideramos que a un trabajo a la mitad de una armadora corresponde lo mismo en por lo menos 50 proveedores de autopartes», dijo el entrevistado a alvolante.info.

La peor baja productiva la tuvo Ford Motor Company de México que disminuyó  98.5% o sea que prácticamente dejó de fabricar coches en nuestro país. Uno, por el cierre de la planta de Cuautitlán mientras es adecuada esta fábrica a la producción en 2010 del nuevo Fiesta europeo. Y dos, por los paros técnicos en la planta de Hermosillo, Sonora, donde se produce el Fusión, entre otros modelos.

La baja de Ford representa una serie de ajustes en las empresas proveedoras localizadas en el corredor industrial de Hermosillo. Estamos hablando de unas 30 empresas grandes y medianas que lo mismo producen tableros integrales, espejos, cristales inastillables, sistemas de dirección y otros componentes. Estas firmas han dejado de trabajar porque Ford no les está haciendo pedidos. Y esto ha representado mandar a la gente a descansar «voluntariamente a fuerzas», reconocen dos abastecedores localizados en Sonora.

La segunda gran caída la representa General Motors de México con 56.2% por sus paros en sus tres plantas: Ramos Arizpe, Coahuila; Silao, Guanajuato y San Luis Potosí. De 43,493 unidades producidas en enero de 2008, este año se derrumbó a sólo 19,039 ensamblados.

Otra vez lo mismo. 40 empresas del ramo de componentes han tenido que bajar su producción en esa proporción y sólo están cubriendo una demanda del mercado independiente de refacciones, el cual no puede mantenerse detenido porque ello sería fatal para el parque vehicular existente en México y que alcanza ya los 27 millones de unidades entre autos y camiones.

La tercera gran caída es la de Chrysler que produjo 50.8% menos en sus plantas de Ramos Arizpe, Coahuila y Toluca. Esta semana anunció que fabricará la versión pesada de las camionetas pickup Ram en la planta coahuilense, lo que es considerado un pequeño alivio ante la vorágine de malas noticias. Sin embargo, ese plan de producción no es suficiente para justificar «el encendido de una planta productora de partes» porque trabajar al 50% le representa a las empresas un gran costo de energía eléctrica, gas y mano de obra detenida. Las decisiones de los autopartistas han tenido que ser estratégicas: «´Pongo a funcionar la empresa o le digo a la armadora que no le puedo surtir una pieza para su nuevo modelo… He ahí el problema de la decisión. Mientras, el gobierno francamente no ha hecho nada para salvar esta situación y reactivar de una vez por todas al sector en su conjunto», dice un alto directivo de mangueras de uso automotriz.

Por si esto fuera poco, Chrysler y Nissan suspenden de momento su proyecto conjunto de producir vehículos compactos de Nissan para Chrysler y pesados (Titán) de Chrysler para Nissan. Esto iba a ser en Aguascalientes y en Ramos Arizpe. Los planes de los componentes para esos vehículos también quedan detenidos. Se ha perdido dinero y tiempo en los proyectos y negociaciones conjuntas no sólo entre la japonesa y la norteamericana, sino en la línea de proveedores que iban a trabajar en ambos proyectos.

Chrysler también ha dejado en el olvido la idea de vender autos chinos en México. Recordemos que en noviembre pasado Chrysler de México había traído de China vehículos Chery que iba a vender a partir de enero en nuestro país. La importación se dio de hecho pero la venta tuvo que detenerse porque Chrysler de México decidió no venderlos aquí por no haber llegado a un acuerdo comercial con la firma Chery Automobile y menos con el gobierno mexicano en cuestión del pago de aranceles.

Volkswagen y Nissan andan por el estilo. En noviembre pasado considerábamos que estas dos empresas que son las más diversificadas en sus mercados mundiales, pues exportan a Europa ambas, no sufrirían las drásticas caídas de producción, pero no ha sido así. La alemana redujo su ensamble en 48.8% y sólo produjo 20,011 unidades que, contra las 39,084, es una drástica caída que le ha provocado despedir más de 1,200 trabajadores entre eventuales y personal de base.

Despedir gente no parece ser el deporte favorito hoy en día de las armadoras. Han gastado dinero en capacitación, y que este personal calificado se vaya no resulta fácil. Tampoco las prestaciones han sido tan justas como se esperaba. La Secretaría del Trabajo poco ha hecho para defender los derechos de los trabajadores que, sin más, son despedidos sin recibir lo que por ley les toca. O en todo caso esta ley está siendo diseñada al gusto de las causas patronales y no sindicales. Bien se sabe a quién sirve un gobierno que emana de las filas empresariales.

Nissan produjo en enero 26,975 con una pérdida del 25.1%, pero hay que decir que fue la que más produjo. Muy por arriba de General Motors y las demás. Y todo porque es la que sigue dominando el mercado interno pues la apuesta de la firma siempre ha sido la ofertar productos que son fabricados aquí y que son de los más demandados como su Tsuru, Platina, Sentra y sus camiones. Es líder en la venta nacional.

Con todo, el riesgo de un cierre mayor de fábricas es latente. Y sólo es cuestión de tiempo para ver si el plan del presidente Obama en Estados Unidos reactiva su economía y con ella la de las exportaciones mexicanas de automóviles a ese país, del que se depende exageradamente. Si no, no está fuera de la realidad un efecto devastador para la planta productiva…o lo que quede de ella.

 

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