Hoy miércoles abre sus puertas al público el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra. La situación en el sector automotriz no podría ser más crítica que el presente. Trabajan en la industria 2.2 millones de personas de las cuales hasta 500,000 corren el riesgo de ser despedidas en las próximas semanas o en los próximos meses. Mientras, Renault presentó el nuevo modelo Laguna hatchback.
Europa, cuna de los mejores automóviles del mundo, ha defendido su posición como el continente poseedor de las marcas más prestigiadas como Volkswagen AG, Daimler-Mercedes, Renault-Nissan, Peugeot-Citroen, BMW-Mini, FIAT, sin lugar a dudas Opel y SAAB aún con su actual crisis de sobrevivencia y Ford Europa (Volvo), entre otras.
La empresa más grande del mundo en la proveeduría de autopartes, Bosch, también es europea, alemana para ser más certeros.
Así que la celebración del Salón de Ginebra es todo un acontecimiento porque es el único foro automotriz donde se concentran las mejores marcas, los mejores diseñadores y los proyectos líderes en tecnología industrial. Por tanto, es donde se están dando los más preocupantes pronunciamientos sobre a dónde va el sector de automoción.
Esta semana las declaraciones han sido pesimistas, desde luego. No se puede tapar el sol con un dedo y tener visiones de optimismo disfrazado ante un panorama seriamente preocupante. Por tanto, los directivos que han tomado el micrófono durante los dos días de prensa pasados, lunes y martes, han hablado de recortes de personal, si bien han destacado sus nuevos modelos y proyectos, el principal énfasis ha sido sobre la baja demanda de automóviles por parte de los consumidores mundiales.
Y concuerdan en que todo parte de la confianza. A raíz de la crisis hipotecaria norteamericana desde mediados de 2007 se debió detectar la explosión que esa situación tendría sobre las economías regionales. No fue así. Aquí están los resultados.
Las más de 30 plantas automotrices que hay en la Europa Occidental, de nueve grupos industriales, dan ocupación a 2.2 millones de trabajadores. De esos, haciendo cuentas, aún conservan su empleo 2.1 millones. Unas 100,000 personas han perdido su empleo en Reino Unido, España, Portugla, Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Austria… pero el grave panorama lo representa el riesgo que 500,000 personas más se queden sin empleo en la industria automotriz europea en los próximos meses. Los casos de SAAB y Opel son puntuales indicadores de lo que está por perderse.
Hasta el momento, PSA Peugeot Citroen anunció que despedirá este año a 11,000 personas, Renault a 9,000 y Volkswagen no renovará el contrato a 16,500 eventuales.
SAAB ha perdido el apoyo de General Motors. Cuenta con 4,000 trabajadores, pero dependen de esa empresa otras 25,000 personas entre autopartistas, talleres, agencias distribuidoras… Y en Opel la situación es aún más delicada, aclarando que GM mantiene aún su relación con la europea del rayo.
Abre el Salón de Ginebra con la presentación de 120 primicias del automóvil, pero ante una crisis económica y una «depresión automotriz» –como la califica Standard % Poors en Estados Unidos– que ha afectado ya el mercado europeo. Se perdieron ventas en enero del 27%.
Patrick Pelata, director general de Renault, dijo ayer que «tenemos la certeza de que la gente tendrá siempre la necesidad de desplazarse. Pero constatamos que tener un vehículo ya no es una prioridad, que la potencia del motor es menos importante que antes y que el consumo, el respeto al medio ambiente y el costo de utilización han remontado en la escala de prioridades de los automovilistas», de acuerdo a un reporte de Radio Francia Internacional en su página de Internet.
Según la misma fuente, «el mercado europeo se contraerá entre 15 y 20% en el presente año. En Francia el Estado aprobó un bono de $1,000 euros para aquellos que entreguen su vehículo usado, lo que ha incitado a muchos a comprar carros nuevos».