A la salud de Gabriel García Márquez

Ha muerto el Maestro literato latinoamericano, universal. A Gabo le debemos los latinos un Premio Nobel, pero más su claridad en la palabra escrita. Periodista y escritor, maestro del periodismo, maestro de la literatura, maestro de la coherencia. Sin ser político supo ser hombre íntegro en todo lo que su vida le dio. Hoy se nos ha ido, hoy lo recordamos aquí.

Adiós Gabo (Foto agencias).

Estaba con Arrazola y Sánchez en la colonia Condesa cuando se dio la noticia a eso de las tres de la tarde del día de hoy. Las calles solas, la ciudad disfrutándose. La noticia me conmovió como ahora que escribo. Porque siempre he admirado a Gabriel García Márquez. Porque Cien Años de Soledad nos marcó como hombres, como seres humanos, como periodistas. Porque los cien años de Macondo de Oscar Chávez fue canción y la cantamos, muchas veces.

Amamos las letras de Gabo, seis, siete libros quizá. Libros que marcan, libros que sellan una vida, una transformación, una forma de ser y de estar. Gabo deja huella por su principio, por su coherencia de la vida, por su Proceso, por su Jornada, por su ron y su baile. Por amar el latinoamericanismo que uno tiene.

¿Qué me une a Gabo? La admiración de su trabajo como periodista, como escritor, como hombre. Maestro del periodismo y de la literatura que también es periodismo en su fase superior.

Ni televiso, ni superfluo, Gabo fue hombre cabal, hombre de letras, amigo entre los amigos. Y supo tenerlos.

Démosle el adiós a Gabo. Salud Maestro.

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