Como lo dijimos aquí el 23 de julio del año pasado, Ford Motor Company está buscando darle «bola de juego» a su abandonada planta en Cuautitlán, México. Ayer el Detroit Free Press da cuenta de la posibilidad que se tiene para que el Ford Verve, concepto presentado en el Salón de Frankfurt en septiembre del año pasado, y representado en el Autoshow de Detroit ahora en enero de este año, sea producido en México para el mercado de América del Norte.
alvolante.info consultó a dos directores de ingeniería de dos empresas proveedoras de Ford de México, quienes dijeron que «la armadora nos ha pedido trabajar en el sustituto del Fiesta que creemos será este modelo (el Verve). Aunque siempre tenemos nuestras dudas porque lo mismo hicieron para el proyecto sobre el Ecosport que se pensaba producir aquí y no hubo nada. Ahora pues vamos a ver qué pasa».
La quinta generación del Fiesta, el Verve, se pudiera fabricar en Ford Cuautitlán.
Según la publicación de referencia, en nota firmada por la colega Sarah Webster, fuentes allegadas a Ford le han dicho que el futuro compacto para el mercado de Estados Unidos, el Verve, será producido en México. La introducción de compactos (subcompactos para México) se está dando vertiginosamente en el mercado norteamericano por lo cara que está la gasolina en ese país. Las fuentes consultadas por la reportera dan cuenta que el producto Verve, sustituto del Fiesta cuarta generación, podría estar listo para el año 2010.
Si esto es verdad, podemos pensar por nuestra parte que las inversiones para México se harán públicas muy pronto por parte de Louise Goeser, presidenta de Ford en México, pero es obvio que ella espera recibir la línea de autorización por parte del consejo de directores de Ford en Detroit.
En efecto, el próximo 11 de febrero está programado un evento de Ford México con la prensa y quizá este foro pueda ser utilizado para ese aviso, pero no es seguro ya que siempre se mantiene un hermetismo total en este tipo de noticias.
Además, una posible inversión alienta a la armadora a realizar un evento de alta envergadura –como el que recientemente hizo Volkswagen en Puebla– por lo que hay que ver con Presidencia esa logística que se tiene que armar con mayor tiempo.
Haig Stodart, experto de Global Insight consultado por la reportera mencionada, dijo que México goza de buena reputación en la producción de este tipo de unidades (el Verve) y por el bajo costo que representa para Ford podría ser decidida la planta de Cuautitlán cuando en estos momentos los precios de escala son muy cuidados por la empresa.
Volviendo a nuestra charla telefónica con los dos proveedores, cuyos nombres y compañías no desean que sean revelados porque siempre existe la posibilidad de recibir un regaño por parte de la armadora en México, ellos dicen que «se ven claras posibilidades. La gente de ingeniería de Ford México nos habló de un nuevo modelo compacto para Cuautitlán y que es el sustituto del Fiesta».
Ya se presentó el modelo Verve en la autoexpo de esa ciudad, y en México hay lista de espera de proyectos para revitalizar la planta de Cuautitlán que ha sido medio olvidada toda vez que se ha detenido desde septiembre pasado la producción del Ikon, último producto subcompacto que se fabricó allí.
Ford Cuautitlán fue en 1964, año de su inauguración, la planta más grande en América Latina con la única pista de pruebas que existía fuera de Norteamérica en la región latina. Llegó a producir hasta siete modelos distintos de vehículos como el Ford Galaxie 500 en 1967, el Maverick y el Ford Falcon. Ha sido sitio tradicional de producción de las camionetas pickup F-150, en los años 80 produjo el Mystique y Contour y más recientemente el Ikon subcompacto.
Otros analistas en Norteamérica hablan de Brasil como posible centro de producción, pero la lejanía y la relación del valor del real brasileño contra el dólar no lo hace costeable. México lleva una ventaja en ese sentido, además de la excelente y bien calificada mano de obra del mexicano, sus competitivas 950 empresas de autopartes que tienen reconocimiento mundial de alta calidad y un mercado interno que gusta de los vehículos de ese segmento, cuyas ventas representan más del 55% del total de vehículos que se venden.