Por Gabriel Covelli y César Roy Ocotla
Este año la firma francesa Renault cumplió sus primeros 53 años de presencia en México. Fue en 1960 cuando la empresa comenzó a fabricar en el país el R4, en Ciudad Sahagún, Hidalgo. En los 80 se fue y su regreso después del 2000 le ha planteado nuevos retos a vencer. La pregunta es si se han cumplido las metas que se propuso la firma en su retorno y si podrá afrontar lo que viene para el mercado nacional. Su nuevo director es Charles Clausse que sustituye a Bruno Pasquet, desde el 1 de septiembre.
Charles Clausse, nuevo director de Renault en México (Foto Renault).
Historia tormentosa
En 1960 Regié Nationale des Ussines Renault de Francia llega a México. Era en ese entonces una empresa estatal con algunas participaciones privadas.
Aliada con Diesel Nacional para producir sus vehículos en Ciudad Sahagún, Hidalgo, la marca comenzó a abrirse mercado en un entorno muy limitado por las pocas fábricas existentes pero apoyada por el Decreto Automotriz de 1962 que buscó atinadamente mayor participación de componentes nacionales en las factorías.
Las fábricas existentes para automóviles eran Fábricas Automex (Chrysler), Ford Motor Company, General Motors de México, Nissan Mexicana (Datsun), Renault de México, Vehículos Automotores Mexicanos y Volkswagen de México.
Polo Polo tuvo sus Renault (Foto Renault).
Renault utilizó como imagen el automovilismo deportivo para promover sus productos, empero, la parte de servicio siempre fue un dolor de cabeza para el usuario.
Las cosas para Renault fueron bien en sus operaciones desde 1960 y hasta principios de 1980 cuando la firma decide la compra en Estados Unidos de la American Motors que en México representaba la V. A. M., Vehículos Automotores Mexicanos.
La compañía en Francia tuvo su peor crisis que obligó a retirarse de su aventura de conquistas internacionales y vender Jeep a Chrysler Corporation a mediados de los años 80. También, con esa operación, V. A. M. se fue a pique y la marca francesa dejó de vender en México. No obstante, su fábrica de motores en Gómez Palacio, Durango, siguió funcionando algunos años más.
Los 80, productos de calidad
Los autos Alliance, el famoso motor de 2.0 litros, el modelo Encore, y otros, fueron vehículos y motorizaciones de calidad. Sus componentes fueron utilizados en la construcción de autos mexicanos de carreras, como los mangos de suspensión del R-5 que se implementaron en la Fórmula K, categoría que dio orígen a un automovilismo mexicano serio y comprometido, bien organizado y profesional, semillero para los mejores pilotos mexicanos que de allí salieron como Adrián Fernández, Carlos Guerrero, Gilberto Jiménez, Enrique Contreras, Marco Magaña, Oscar Manautou y Tomás López, por sólo mencionar a algunos.
Renault Alliance, un buen producto (Foto archivo).
El Talón de Aquilés, no obstante para la marca, fue el servicio. Era poco profesional y no inspiraba confianza (generó la imagen de Renault como auto muy fino pero nada confiable).
Motorizaciones
Los motores 1,300 cc fueron clásicos en las competencias del Autódromo de la Magdalena Mixhuca para los autos de baja cilindrada como los Renault Gordini, FIAT 1300 y Volkswagen Sedán, entre otros, recordando el Gran Premio Benito Juárez, por ejemplo. Los Renault R-8 era eterno ganador de las pruebas de resistencia de la categoría Pony.
Y qué decir de la Fórmula Uno donde Renault implementó los primeros autos con motores turbocargados, que después fueron seguidos por muchos equipos más. Motores 1,500 cc que entregaban 1,200 BHP.
En la actualidad, el modelo Duster, utilitario que se produce en Colombia, viene equipado con el motor Renault F4R de 2.0 litros 16 válvulas que, con todo y su calidad, consume mucha gasolina. Este vino equipado en los modelos Mégane 1 y Mégane II.
Algunos componentes del motor de Duster, F4R 2.0 litros 16 válvulas (Foto Al Volante).
Servicio, la gran falla
Cuando Renault regresa a México con el ensamble del exitoso modelo Scénic producido en la planta CIVAC de Nissan con quien firmó una alianza en los años 2000, permanece una constante falla en la marca: El servicio de postventa.
Refacciones que no llegaron a tiempo y autos que no quedaron bien después de llevarlo al taller autorizado, además de la limitada capacidad de los técnicos para las reparaciones, fueron las constantes que aún el día de hoy siguen marcando a la firma.
Los autos surcoreanos
Diciendo adiós en México a los autos fabricados en Francia, la marca ha incorporado en su estrategia comercial a los vehículos producidos en Corea del Sur con su aliado Samsung y de las partes brasileña, argentina y colombiana . Dichos modelos en México lo son el Scala, que ya desapareció del mercado, el S3 que acá conocemos como Fluence y el S5 o Safrane. El Sandero y Stepway que se traen de la parte colombiana.
Renault Stepway, desde Colombia (Foto Renault).
Ventas a la baja, nuevo director
Con las ventas que habían subido en 2011 y 2012 aceptablemente, el 2013 es un año difícil para la empresa al dejar de figurar en las primeras 12 firmas del sector. En mayo estaba en el lugar 10 con 8,156 unidades pero con una caída del 10.3%.
Para julio vendió 1,766 unidades y caída del 23.8%. En el acumulado enero a julio la baja fue de 17.3% con 11,370 unidades. Perdieron al Scala como auto subcompacto B emblemático y aún no hay sustituto de él.