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Cuando en junio pasado Rick Wagoner, presidente de General Motors Corporation anunció la venta de su filial de transmisiones automáticas para camiones medianos y pesados Allison Transmission, puso como oferta un valor de $5,600 millones de dólares.
Lawrence Dewey, presidente de Allison Transmission.
Este es el esfuerzo de GMC por deshacerse de aquellas empresas que no están ligadas directamente a su estrategia de desarrollo donde busca reducir costos.
Allison le representaba a GM su brazo derecho en el abastecimiento de todas las transmisiones de sus camionetas pickup y camiones pesados, pero era prioritario para Wagoner venderla ante otras prioridades de consolidación necesarias.
Carlyle Group y el consorcio canadiense Onex Corp., los dos grupos de empresas compradoras, han entregado por Allison Transmission los primeros $3,100 millones de dólares.
Con una filial en México, Detroit Diesel Allison, este gran grupo autopartista con presencia en Canadá, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia, Chile y Perú, por sólo mencionar el Continente Americano, ha sido ofertado a través de Citigroup, Lehman Brothers y Merrill Lynch.
La agencia Reuters da cuenta que el día de ayer The Wall Street Journal mencionó la entrega de $3,100 millones de dólares para General Motors.
Detroit Diesel Allison de México fabrica motores a diesel, transmisiones automáticas para camiones y tiene su centro de operaciones en la calzada Vallejo, en Tlalnepantla, Estado de México, al Norte del área metropolitana del Distrito Federal.
En Estados Unidos tiene siete plantas en el complejo de Indianápolis y la venta incluirá todas sus factorías en América, así como la presencia en mercados como el de África, India, Japón, China, Corea, Australia y otros.
Desde 1915 y nacida en el circuito de Indianápolis para llenar las necesidades de transmiones para los autos participantes, Allison Transmission es un ícono de las empresas norteamericanas que ahora cambia de dueño, alejándose del velo protector de General Motors Corporation.
