Pasó la euforia. Los periodistas se bajaron de los más de 60 vehículos que Volkswagen de México dispuso para la prueba de manejo de Puebla a Veracruz la semana pasada.
Iban a probar el nuevo Jetta. ¿Acaso la plataforma A-4? No, se trató de la presentación de un concepto nacido en Alemania hace 28 años y que en México, con algunas adecuaciones y evoluciones, los directivos han decidido sacarle «más raja» como se dice, al mismo producto que ha tenido algunas adecuaciones.
El cambio en el Jetta 2008.
Y nadie de los que lo vieron por primera vez olvidó esas grandes calaveras que observaron en exclusiva y que ayer se lanzó al público en los diarios nacionales y en la televisión en cadena con el slogan publicitario «El corazón no da explicaciones».
Ojalá que los expertos de Volkswagen de México sí den explicaciones a los cientos de amantes del Jetta que ahora lo vuelven a ver pero que quizá no sepan que es la misma plataforma del modelo de 1992, con el mismo motor, sólo con algunos «refrescamientos» para seguir obteniendo utilidades y luchando por conservar un lugar que ya fue, pero que buscan que siga siendo en el mercado.
Sobre la misma plataforma del Jetta A3 que por primera vez se construyó en 1992 en México como modelo 1993, los ingenieros de VW han puesto al que llaman nuevo Jetta.
El ambicioso programa de mercadotecnia y relaciones públicas armado por la firma automotriz la semana pasada, contempló una visita a la planta en Puebla, eventos musicales para que los comunicadores se sintieran a gusto, toda la parafernalia ya en Puebla y luego en Veracruz, para decir que el vehículo compacto de mayor éxito para la alemana en Mëxico sigue siendo el mismo, sólo con cambios estéticos en la parrilla y las calaveras, amén de la transmisión Tiptronic en la versión automática equipada, otrora exclusiva de los autos Premium del grupo automovilístico.
El Jetta A1 (así se conoce a la plataforma en la planta armadora) se presentó en Alemania en 1979 y aquí se conoció como modelo Atlantic con motor 1.6 Lts. de 110 caballos de poder.
El A2 de 1984 ya fue denominado Jetta en México. Se equipó con un motor 1.8 litros de 112 HP y era un vehículo más grande; nada que ver con el Atlantic anterior.
El A3 de 1992 es el modelo que hoy conocemos en México y que es el mismo que sale como modelo 2008, o sea con una plataforma que data de hace 15 años.
Jetta I del año 1979.
Jetta II de 1984.
Jetta III
Jetta IV que se llamó Bora en Europa.
Este modelo en su lanzamiento fue bien acogido por los medios especializados toda vez que era una nueva carrocería, de diseño moderno y ese «tanquecito» bien hecho se comportó bien en el autódromo capitalino en la prueba de manejo, amén que se ofreció a un buen precio en ese entonces, rondando los 150 mil pesos.
Ahora en el nuevo lanzamiento, son 15 años de lo mismo. Y lo que debiera ser un nuevo corazón del modelo, el motor, es también más de lo mismo. Una máquina de cuatro cilindros de 2.0 litros que da 115 caballos a un tope de 5,500 rpm. Una concepción para un «casco de 1992» pero con nuevo precio, eso sí.
Dicen los ingenieros mecánicos, los que sí saben de coches, que este vehículo desarrolla de cero a 100 Kms. en más de 15 segundos. Falto de torque para ser una novedad.
Es de justificarse que la inversión del Jetta de 1992 deba dar todavía dividendos a la compañía que es un negocio como todos, por lo que esta gran idea de ponerle grandes calaveras que, para muchos, no es una evolución sino una involución, significa aprovechar esa plataforma A-3 para un re-lanzamiento que le permite a Volkswagen tratar de permanecer en un nicho donde se enfrenta a fuertes adversarios, estos sí nuevos, como el Sentra y Optra, por poner sólo un ejemplo.
¿Estarán conscientes los consumidores de lo que realmente compran? Esperemos que sí y que VW también mida las consecuencias de ofrecer sólo una apariencia a un mayor precio.
El precio del producto que se presenta como modelo 2008 cuesta $159,500 para la versión básica, $202,580 para el llamado Tredline automático y el tope de $209,600 para el que trae la transmisión automática de seis velocidades Tiptronic, lo verdaderamente novedoso del Jetta.
Parodiando al slogan publicitario, parece que le faltó un nuevo corazón al nuevo producto.