Cierre de agencias en EU dislocará mercado mexicano

No será sólo el devastador efecto que el Decreto Fox está ocasionando sobre el mercado automotriz nacional con la entrada indiscriminada de 1.8 millones de autos usados provenientes de Estados Unidos cada año lo que dislocará las ventas nacionales de vehículos, de acuerdo a cifras de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores.

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¿Y dónde pondremos tantos coches?

El expresidente Vicente Fox adelantó en tres años la excención de impuestos a los autos usados provenientes de Estados Unidos y Canadá, prevista para 2008, y eso ha generado un gran golpe al sector productivo nacional compuesto por siete armadoras que son General Motors, Nissan, Ford, Volkswagen, Chrysler, Honda y Toyota.

Un fenómeno igualmente perjudicial está por tener sus repercusiones en la comercialización de autos: El cierre de distribuidoras en Estados Unidos o su canje a lotes de autos seminuevos motivará que los empresarios de ese país busquen empeñosamente colocar sus unidades en la frontera Norte o incluso en el Centro de la República Mexicana, en detrimento del negocio nacional.

El Grupo Chrysler de Estados Unidos está buscando deshacerse de aquellas distribuidoras que no tienen ventas importantes en la Unión Americana por lo que han iniciado un proceso de cambio en la relación de concesionaria a franquiciatario. Y de allí a declarar puntos de venta de autos usados Dodge, Jeep y Chrysler en vez de autos nuevos, según un reciente reporte de Automotive News.

Sólo en los últimos meses se han sumado a las filas de agencias a lotes de seminuevos un total de 463 distribuidoras en Estados Unidos. Pero si añadimos a las de General Motors, cuyas ventas también han disminuido severamente, así como las de Ford, la cual está aun en una situación más apremiante que las dos primeras, sabremos que el fenómeno está impactando a más de 1,500 negocios.

Para darnos cuenta de la magnitud del problema: En la República Mexicana existen un número igual de agencias de autos nuevos. Ese mismo número, pero en Estados Unidos, buscarán dónde desplazar los stocks o lotes de unidades seminuevas.

México será uno de los puntos que buscarán para deshacerse de ese tipo de unidades.

Chrysler en Estados Unidos les ha pedido que cambien su formato de venta a unidades usadas o bien que se dediquen a la renta de vehículos también seminuevos, lo que abaratará este tipo de servicios en ese país.

Ese fenómeno tarde o temprano repercutirá en México.

Agencias de marca en el vecino país están por desaparecer del mapa, pero antes se van a deshacer de una flotilla valuada en un millón de unidades seminuevas entre los años 2005 a 2007, si sólo consideramos que cada agencia de las 463 de Chrysler que están cambiando su giro maneja un stock de 100 unidades.

Hay que añadir las 500 agencias Chevrolet, Pontiac o Cadillac que se tendrán que ajustar al número de concesionarios oficiales de marca, así como las Lincoln-Mercury y Ford en Estados Unidos, que son otras 400.

Algunas de estas, sobre todo las ubicadas al Norte de América se desplazarán con sus cuotas de unidades usadas a Canadá. Pero la mayoría se vendrán a México que es el país que tradicionalmente compra basura por falta de una cultura pública de exigencia como consumidores.

México vende cada año no más de un millón 200 mil unidades nuevas. Así viene siendo desde hace siete años. El problema es palpable porque la rentabilidad de los negocios de autos ha bajado al aumentar el número de marcas, que son 37, y el tamaño del mercado que es el mismo, de acuerdo a cifras de la AMIA.

Más marcas venden cada vez menos.

Esta tendencia continuará: Seguirán entrando unidades usadas de mala calidad y que no cumplen con las normas ecológicas, provenientes de Estados Unidos.

Ante un gobierno, claro, que no hace nada al respecto. Dicta normas, pero no tiene la capacidad de cumplirlas por mútliples razones.

Al fenómeno en Estados Unidos hay que añadirle la venta de unidades casi nuevas, con menos de tres años de uso, por parte de estas 1,500 agencias que están siendo desplazadas por el achicamiento del mercado norteamericano invadido por las marcas asiáticas como Nissan, Honda y Toyota, además de las coreanas Hyundai y Kia, y en 2009 las chinas.

Añádale en México que si van a llegar marcas chinas dentro de poco, con precios económicos, la oferta será tan grande que el verdadero problema no será qué o cuáles unidades vender, sino quién las estará vendiendo. Si las agencias, los lotes o los tianguis de automóviles en la vía pública.

Hoy la Ciudad de México registra más de 500 mil personas dedicadas a la compra «entre particulares» de autos usados. El número aumentará drásticamente en los próximos dos años, dicen datos del Gobierno de la Ciudad de México.

El giro en la comercialización de unidades también tomará otros rumbos y hay que ver si los distribuidores de marca están listos para estos nuevos y peligrosos retos.

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