Que el empresario televisivo Ricardo Salinas Pliego traiga a México autos y camioncitos chinos de la First Automotive Works (FAW, ahora Group Corporation) para venderlos en sus tiendas Elektra no es una mala noticia. Lo negativo del asunto sigue siendo lo de siempre: Que estos productos importados, como muchos otros, no pasen por un control de calidad estricto para no verle la cara a los consumidores cuando los compran y no funcionan.
El modelo Jiaxing MPV de 1.0 litro de desplazamiento, podría ser uno de los que vengan a México de manos de Elektra.
Nosotros no vamos a meter las manos por las plantas armadoras con presencia en México que no desean que vengan estos coches chinos pues les van a hacer más difícil la de por sí agobiante situación en las ventas del mercado interno. Ellos saben perfectamente que en el llamado «libre mercado» los autos de China tienen el mismo derecho de incursionar en los espacios de compra como ellos lo han hecho. En este sentido, se defienden y se defenderán solos. No está en nuestro rol de periodistas salir a la palestra por la industria.
Donde sí tenemos una responsabilidad social como comunicadores, es con el lector, el comprador de un automóvil, el consumidor.
La historia comienza con el interés de las marcas chinas como la First Automotive Works Group Corporation (FAW, nacida en 1956) por incursionar en los mercados internacionales.
Cuando firma un convenio con la empresa norteamericana RSL Group Inc., con sede en la Bahía de Tampa, en Florida, a fin de que esta consultora se encargue de la distribución y venta de los vehículos de la FAW en territorio americano –dígase América del Norte, Centro y Sudamérica, y vea el tamaño del acuerdo, su dimensión–, esta, la RSL crea a su vez otra empresa, Allied Motors International (AMI), la cual se convierte en fabricante de asientos en China pero el importador oficial de los vehículos de FAW en América.
De hecho pensamos que la operación de FAW y Ricardo Salinas Pliego, dueño de Televisión Azteca, Banco Azteca, Líneas Aéreas Azteca, Azteca Music y Tiendas Elektra, entre otras, se hace a través de RSL Group y AMI, las que por cierto en su portal de Internet promueven la participación de posibles distribuidores en la zona americana.
(Aquí cabe recordar cómo se hizo también la operación de la automovilística china ZX a través de Chamco ¿lo recuerda? Sólo a través de Chamco se abren puntos de venta en países de América Latina y naturalmente de Norteamérica).
Salinas Pliego y RSL con AMI están firmando un convenio para que Elektra venda los coches chinos (posiblemente sea la marca Jiaxing MPV que es un cochecito con motor de 1.0 litros de desplazamiento, tres cilindros, con capacidad de tanque de combustible de 37 litros y para cinco pasajeros apretaditos).
Pero el portafolio que RSL-AMI le están ofertando a don Ricardo incluye miniautos, camionetas pickup de reparto, camioncitos de pasajeros (ver foto de abajo), motos, camiones de carga, autopartes y hasta autos de lujo.
Seguro que Salinas Pliego también se interesa por el CA6350 para pasajeros.
Ahora, no se deje llevar por el racismo anti-chino en el que caen muchos periodistas por su posición «mercadológica» a favor de las marcas ya establecidas en Mëxico: FAW ha conseguido 18 convenios internacionales con marcas como Volkswagen, General Motors, Toyota, Mercedes-Benz… en fin. Estamos hablando del mayor productor de vehículos en China y cuyos ingresos por exportación en el año 2000 ascendieron a $200 millones de dólares. No es cualquier cosa.
El problema de los coches chinos viene con la calidad (por el mismo que pasaron hace años los autos Toyota, Nissan, Honda y aún los americanos Chevrolet, Ford y Chrysler y los coreanos Hyundai y Daewoo). Y aunque la ficha técnica del Jiaxing MPV garantiza que poseé la evaluación Euro 2 (los camiones en México tendrán a partir del 8 de julio del próximo año la Euro 4), se ha difundido por el mundo que los impactos de choque en estas unidades las destruyen hasta deformar la carrocería y abrir las puertas debido a la torsión que no resiste la delgada lámina con que se producen.
Claro, un vendedor de autos chinos diría «¿Y qué querían por 60 mil pesos?»
Este es otro asunto interesante: El precio. Salinas Pliego debe estar consciente que la traída de los coches desde China por barco, la triangulación forzosa que tiene que hacer con RSL-AMI que seguro se llevará su comisión, y la puesta en las tiendas Elektra que tienen fama de vender en abonos –«abonos chiquitos», dice su publicidad radial–, hará que este modelo Jiaxing MPV llege a un precio mínimo de $80 mil pesos mexicanos.
Quizá nos equivoquemos y don Ricardo, en pos de beneficiar a las mayorías, lo remate a $65 mil o $70 mil pesos. No lo creemos. Pero aún así sigue siendo caro para el tipo de producto que es: Un auto chino de baja calidad, que no cumple con los lineamientos actuales de las evaluaciones importantes como Euro en Europa y EPA en Estados Unidos, tanto en sus partes de carroceria como emisiones contaminantes, a pesar de tener un motor pequeño.
FAW difunde esta foto sobre impactos. Otros portales presentan el coche como «acordeón» a la hora de esta evaluación.
Los empresarios dicen que en el libre mercado el consumidor decide qué compra y que no. Cierto. El problema viene porque el Estado Mexicano –como cualquier otro en el mundo– tiene la obligación de defender los intereses de los consumidores. Qué va a comprar a qué precio y qué debe recibir por esa cantidad que paga. Si no es así, ya es tiempo que este gobierno representativo de los empresarios se comience a preocupar mucho por la población adquiriente.
Otro problema lo representará el servicio. ¿Dónde van a reparar los coches chinos? ¿En el patio trasero de las tiendas Elektra? Deben estar pensando en montar talleres para la atención de estas unidades. Si no pasará lo que sucedió cuando las tiendas de auto servicio Liverpool vendían los primeros autos Smart ¿lo recuerda? No había dónde reclamar una garantía.
¿Usted quiere comprar un Jiaxing en Elektra? Hágalo. Vea el coche, analice lo que compra, pregunte por el precio de las refacciones que vendrán desde China (serán caras en un primer periodo), por el precio de los servicios y la garantía que le ofrecen. ¿Habrá pruebas de manejo? Pues aprovéchelas y cheque lo que compra. Si no, usted va a ciegas a una adquisición.
Con «abonos chiquitos» ¿vale la pena este maletero?
Ricardo Salinas Pliego puede ser importador de automóviles en México. Ninguna ley se lo prohibe. Su problema de entrada es el precio, ya que cada coche chino paga un impuesto de introducción del 50% el valor del mismo. No le van a salir las cuentas cuando quiera vender un Jiaxing u otro modelo que sea a un precio superior a $70 mil pesos cuando el precio internacional de una unidad de este tipo es de $40 mil. ¿Se entiende por dónde va el negocio? Autos baratos a un precio no tan barato.
La segunda fase para Salinas es que anime a la FAW a través de su representante RSL-AMI a montar una planta en México para que el precio final de las unidades baje.
Eso le representará a FAW y a Salinas una inversión mínima de $50 a $100 millones de dólares, dar aviso a la Secretaría de Economía, colocar la primera piedra (especulan con el montaje en Michoacán, la tierra de Felipe de Jesús Calderón) y hacer el anuncio oficial. Con estas disposicones Salinas tendría la opción de comenzar a vender coches chinos sin pagar el 50% de arancel o impuesto.