Christia Freeland (Canadá), Ildefonso Guajardo (México) y Robert Lighthizer (Estados Unidos), anunciaron este lunes el término de la Ronda 7 de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN R7, en la que no hay nada para nadie en materia automotriz, aunque dieron a conocer avances en otras áreas productivas. Será hasta el mes de abril, en Washington, cuando se ahonden acuerdos con la amenaza en ciernes de un aumento a los aranceles de aluminio y acero que entren a Estados Unidos. Hay gran preocupación sobre el tema.
Acuerdos menores pero en lo automotriz, nada para nadie en la R7 del TLCAN (Fotos de Economía).
Correspondió al representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, leer el acuerdo donde dijo que se ahondó en prácticas desregulatorias con el análisis y acuerdo de tres capítulos. También se anunciaron puntos comunes en telecomunicaciones y la añadidura de un nuevo capítulo sobre Energía, ya que, dijo el funcionario, se da esta añadidura en momentos en que el tema logra principal interés.
Señaló el estadounidense que el actual TLCAN se tiene que actualizar a los nuevos tiempos, ello en un momento en que el Presidente Donald Trump ha anunciado la toma de medidas proteccionistas con un aumento a los impuestos que cobrará Estados Unidos a la importación de acero y aluminio. Esta medida, de concretarse, afectará las relaciones comerciales de ese país con Alemania, China, Japón, Canadá y, por supuesto, México.
Estados Unidos espera que en la Ronda 8 a celebrarse en Washington el próximo mes de abril, se avance en el trato que se de al sector manufacturero.
En el aspecto automotriz, Estados Unidos insiste en que el contenido regional de componentes hechos en ese país, se incremente sustancialmente porque, dice el representante, se tiene un déficit para su nación. Y México y Canadá pugnan por un trato igual y trilateral en la materia. Lo que sí pareciera que va logrando sentido es en las reglas de origen que podrían pasar del 62% de contenido de los tres países en los automóviles hechos en la región, a un 70% promedio. Aunque oficialmente no se ha reconocido esa política presentada por México.