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Todos los fotógrafos y camarógrafos se fueron sobre Michael Schumacher cuando esta mañana el piloto oficial del Mercedes GP fue presentado a los medios mundiales en las oficinas de Sttutgart, Alemania. Schumi se subió al cockpit y allí fue abordado con más de 20 micrófonos. Dice que está dispuesto a hacer ganar a Ross Brawn y que su cuello está mejor que nunca.
El locutor daba a conocer las especificaciones del nuevo bólido pero los reporteros ya no dejaron que ello sucediera hasta terminar. Cuando vieron entrar al salón a Michael, todos se fueron sobre él.
Este esbozaba una leve sonrisa, como es su costumbre. Se arregló el cabello pero lo trae un poco más largo de lo que acostumbra. De hecho se dejó ver con un pequeño copete casi al estilo de Elvis Presley. Luego se subió al coche, se acomodó el asiento. Hizo una broma a uno de los reporteros pero no fue escuchado por todos y se acomodó para las fotos y fue cuando aparecieron más de 20 micróf0nos de toda la prensa invitada al evento.
Las preguntas incidieron sobre el estado que guarda su cuello. «No pasa nada con el cuello», dijo volteando hacia quien le hacía la pregunta pero como que no le gustó esa pregunta.
Pero otra reportera le insistió: ¿Estás seguro que estás bien del cuello?
¡Por supuesto! dijo, sin alarmarse ya por la pregunta.
Hace unas semanas se veía a Schumi al volante de un GP2 blanco con rayas azules. Daba vueltas y el hombre de la pizarra le mostraba los tiempos. Se divertía, no se veía ni presionado ni con ganas de dar noticia alguna por los tiempos alcanzados. Luego se bajó del auto, platicó con el ingeniero en jefe y luego de una pausa para descansar volvió a subir y terminó su entrenamiento.
Se le preguntó a Schumacher sobre su encuentro con Ross Brawn. «Ya lo dije, estuve con él en los últimas carreras y siempre mantuvimos una buena relación. Yo estaba en la mira para volver a regresar a las pistas»,
