Semiparalizada la planta productiva nacional

Con el más reciente paro de Volkswagen de México en Puebla, por dos semanas que van del 4 al 8 y del 11 al 15 de mayo, la planta productiva nacional del sector automotriz se encuentra semiparalizada, digamos a un 40%.

Las otras plantas que están detenidas son la de General Motors en Silao, Guanajuato, en tanto, es sabido, la de Ford en Cuautitlán se encuentra en plena transformación para adecuarla de las camionetas pickup que hasta hace poco producía a los nuevos modelos Fiesta que se ensamblarán a partir del segundo semestre del 2010, bajaron las actividades de Ramos Arizpe y el corredor de Saltillo-Derramadero donde Chrysler tiene operaciones y GM igual; también lo ha hecho la planta de El Salto, Jalisco, donde opera Honda de México y Nissan en Aguascalientes y CIVAC, Morelos, tiene o tuvo paros técnicos.

Bien es del conocimiento público que las ventas en México se han caido en promedio un 30% al cuarto mes del año (enero-abril), en tanto las exportaciones, que representan hasta el 70% de las ventas de las siete armadoras que tienen factorías en el país, han sucumbido hasta en un 50%.

El nivel exportador de México se ha desfigurado. Los grandes beneficios que trajo el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, TLCAN, desde 1994, se han ido ahora. La etapa de aguda crisis automotriz mundial que se refleja en una baja productiva en los principales polos de desarrollo tradicionales como Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, le pega en el corazón a México: Las exportaciones manufactureras representan cerca del 20% del PIB nacional. Y esta cultura tendrá que comenzar a cambiar también.

Sexenios atrás, 1995, el gobierno mexicano no hizo lo conveniente para tener un mercado interno vivo, reactivo y en pleno crecimiento. Al apostarle el 70% a las exportaciones pensando que estas serían eternas, las políticas públicas automotrices de esta nación descuidaron, maltrataron la demanda de los consumidores, e incluso el factor servicio del que hablaremos en otro espacio. Permitieron el acceso a unidades importadas en regular y mal estado mecánico, alentando las ventas de entusiasmo, de oferta, y de oferta política por supuesto, pero también de uso de vehículos altamente contaminantes y cuya tecnología ha sido ya rechazada en el país de orígen, mientras aquí es alentada hasta por la misma autoridad.

¿Qué debemos opinar de un país que desde hace más de 15 años sigue teniendo la misma demanda anual de vehículos nuevos? Esto es, entre 900 mil y 1.2 millones de unidades, cuando la importación de chatarra estadounidense ya alcanza cerca de los 4 millones de latas de cuatro ruedas.

México debería ser un país con una producción anual de 4 millones de unidades en los 15 años del TLCAN. Pero ya nos superaron China, que estaba abajo de nosotros, Brasil, India y en general todo el BRIC (Brasil, Rusia, India, China) compuesto por países emergentes más inteligentes que nosotros en la parte de sus dirigentes.

¿El resultado mediato del periodo 2000-2009? Un país que pierde poco a poco una infraestructura automotriz que le costó medio siglo en construir con muchos sacrificios y con la visión de gente mexicana muy inteligente que supo portarse a la altura de las circunstancias para levantar un México automotriz que ahora perdemos.

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