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La industria automotriz en México representa ingresos superiores a las exportaciones petroleras, aún genera más que el turismo. Este año superará los $49,700 millones de dólares que obtuvo en 2014 en la balanza comercial superavitaria, según datos de IHS.
El sector de autopartes lleva la batuta en inversiones y generación de empleos (Foto archivo).
La automotriz es la industria de manufactura que, aunque era un gran generador de empleos en los años 90, en los años 2000 y 2010 lleva una tendencia a la baja en ese concepto por el acelerado proceso de automatización de las fábricas de automóviles que se montan en el país. Menos contratación de empleados y más robots, seguirá siendo la dinámica de contratación del 2015 al 2020. No así, autopartes, que aún conserva la constante de contratación de un mayor número de empleados, a diferencia del sector terminal con 650,000 personas, mientras la de autos firma a 350,000.
IHS no concuerda con Al Volante en algunas apreciaciones sobre la marcha del sector, pues mientras el enfoque de la consultora es en el marco de la globalidad, este medio le cuestiona el proteccionismo disfrazado de algunos países en aras de hablar de un libre comercio pero ejercer el cobijo de su industria antes de exponerla a la competencia.
Para el 2015 se espera rebasar el superávit de la balanza comercial 2014 con Estados Unidos. Las exportaciones de automóviles a ese país siguen siendo una constante del 80% de la producción nacional. Y aunque la tendencia del gobierno estadunidense de Barack Obama es que las tres marcas locales, General Motors Co. (donde todavía el Estado tiene injerencia), Ford y FCA (FIAT Chrysler Automobiles, con mayor participación italiana ya), inviertan más en Estados Unidos que en el extranjero, generando mano de obra local, México le manda cada vez más vehículos al vecino norteño, sin dejar de apreciar la diversificación de mercados con América Latina, Europa y resto del mundo, pero se puede decir que dependemos del mercado del vecino en la manufactura.
De acuerdo con el INEGI, la industria automovilística genera el 3.1% del Producto Interno Bruto, PIB. Y del Producto Interno Bruto Manufacturero, este sector representa hasta el 18.1%, por lo que se puede afirmar categóricamente que la producción y venta de automóviles representan el termómetro de la medición económica del país. Por eso el gobierno mexicano ha puesto énfasis en recoger toda la inversión extranjera que llegue; sin embargo preocupa que este otorgamiento se alcance a cualquier precio. El caso de KIA en Pesquería es un buen ejemplo de ello. No puede un país alcanzar sus objetivos de inversión foránea a costa de entregar recursos naturales, territoriales, fiscales, en franca violación a la ley. Porque la promesa de retorno de inversión vía los empleos, dista mucho de ser lo que se establece en los compromisos escritos.
