Por enésima vez los Amigos de Vehículos Automotores Mexicanos, AVAM, se reunirán este viernes 28 de noviembre a las dos de la tarde en el restaurante argentino que esta en Valle Dorado, Estado de México, cerca del Periférico Norte. Despedidos en 1984 cuando el gobierno decidió que el país no merecía una fábrica de automóviles propia, los exVAM siguen haciendo que el sueño sea posible.
Si usted es joven no sabrá que México tuvo su propia empresa fabricante de automóviles. Se llamó Vehículos Automotores Mexicanos, VAM, y fue la única empresa mexicana que generó desarrollo automotriz propio. Esta firma dio trabajo a cientos de nacionales que durante más de 40 años no sólo tuvieron una fuente de empleo, sino de generación de ideas, innovación y un propio desarrollo de la industria automovilística de este país.
Año con año los Amigos de VAM, AVAM, se juntan, recuerdan su fuente de empleo, intercambian ideas. La mayoría de ellos son ingenieros y con 60 años de edad promedio, o más, se dejan llevar por el anecdotario automotriz. Vuelven a los mismos puntos del año pasado, lo que es inevitable porque eso les hace gozar cinco horas de convivencia con sus verdaderos amigos, sus compañeros de trabajo. Los VAM con sus reuniones hacen que VAM viva, que no se pierda la idea de que este país sí pudo hacer industria automotriz propia. Que el gobierno se equivocó cuando dijo «ya me cansé» a seguir haciendo autos propios. Cuando dejó que el extranjero dictara todo en materia de automóviles. Que se dejaran de tropicalizar productos de México y para México. Erraron y, con ello, pagan las consecuencias con altos costos de producción y precios cada vez más altos de las unidades.
La reunión de AVAM se convierte, así, en una gran lección de historia de producción, de historia industrial, de historia de hombres y mujeres que amaron a la empresa que les dio de comer y que, juntos, hicieron que aquel slogan de un spot de televisión y radio «El sueño posible», fuera y sea realidad.
La reunión de AVAM es una muestra del «sí se pudo» y una lección para los jóvenes del «sí se puede». Regresar la historia y retomar el camino que unos pocos traidores de la patria torcieron.
Allá nos vemos.