México, cuarto lugar para Nissan Japón: Julio Panamá

Hoy fue presentado Julio Panamá (54 años) a la prensa especializada mexicana. Es mexicano y es la primera vez que un connacional ocupa el cargo de presidente y director general de Nissan Mexicana luego de 46 años de estar la marca en nuestro país. Le pregunté si la presidencia de esa empresa no ha perdido fuerza en el concierto del Continente Americano al depender más de las operaciones manejadas desde Estados Unidos. Me dijo que la estrategia que sigue la japonesa en América es compleja. Me dejó con un buen sabor de boca. Rescato en Panamá a un mexicano honesto, cordial, respetuoso y humilde en el mejor de los sentidos. México, dice, es el cuarto país en importancia para Nissan a nivel mundial.

Julio Panamá, presidente y director general de Nissan Mexicana.

Enterados de que Carlos Goshn, presidente de la alianza Renault-Nissan, estuvo en Tennessee el martes para iniciar el proyecto de conexión eléctrica para los autos de la marca en 2010 en estaciones de servicio de esa localidad, además de inaugurar allá un nuevo edificio para la corporación, en Mëxico recibimos a Julio Panamá, ingeniero industrial nacido en Sinaloa en 1954, egresado de la Universidas de Morelos, para conocer sus proyectos como nuevo presidente y director general de Nissan, sustituyendo a Shoichi Miyatani.

Le pregunto a Julio, como le gusta que le digan, que tengo la idea de que la presidencia y dirección general de Nissan Mexicana ya no es ahora lo que significaba hace unos años todavía, cuando desde México se tomaba la decisión, con el visto bueno de Japón, claro, sobre lo que se tenía que hacer en América Latina. Por decirlo así, Nissan Mexicana era protagonista y tenía cierto liderazgo en las operaciones que se realizaban con el resto del continente.

Nos dice que, desde la llegada a México y Estados Unidos de Carlos Goshn, este manifestó su interés porque la corporación no se manejara como si fueran dos entes independientes que no se pudieran apoyar en sinergias comunes. Que el ejecutivo de la alianza Renault-Nissan les dijo que había que influenciar, ordenar el trabajo en una especie de cross company team, en grupos.

Me da la idea que Julio Panamá piensa en inglés, y le cuesta un poco de trabajo expresarse en su idioma, el español. Riesgos de la internacionalización con su presencia como presidente de Nissan en Sudáfrica.

Me asegura que dichos grupos en Nissan están conformados por el equipo de compras, el de manufactura, el de mercadotecnia, entre Nissan y Renault.

Este armado de grupos de trabajo funcionales en cada área, se conformó hace tres años en una especie de matriarcal muy compleja.

«Se da el caso que yo tenga hasta cuatro jefes», dice con una leve sonrisa, ya que el personaje es serio (quizá los nervios del primer encuentro con la prensa). Me da la impresión que es igual de serio que el anterior director, Miyatani, quien sólo esbozaba una sonrisa de vez en vez.

«Yo soy el responsable por generar utilidades en México», dice. Lo es también del centro de investigación y desarrollo, de la capacidad productiva de manufactura, de ver mercados pero dentro de un esfuerzo global. De poder vender autos a Centro y Sudamérica.

Pero también reconoce, como Nissan lo oficializó en un boletin de medios en junio pasado (ver nota), que ciertas operaciones ahora se manejan desde Nissan Américas.

Por ejemplo, la vicepresidencia de manufacturra de la planta de Aguascalientes, a cargo de Armando Ávila, reporta a Nissan Norteamérica, no a México. Curioso, pero real.

Afirmó que México ocupa el cuarto lugar en importancia para Nissan Japón. Primero lo es el archipiélago asiático, le sigue Estados Unidos y, en tercer sitio, China. Antes éramos el tercer mayor mercado para los nipones. Pero aún así sigue teniendo vigencia y atención México para ellos, porque es el único país del mundo donde tienen una penetración cercana al 20%.

Le pregunté a Julio su pronunciamiento sobre la importación de autos usados provenientes de Estados Unidos. Dijo que fue indiscriminada y que las nuevas acciones que toma la Secretaría de Economía, habrá que analizarlas en su contexto y con tiempo. «Ni bien ni mal», dijo.

Le cuestioné sobre la viabilidad del Tsuru, casi casi en la sesión de fotografías, porque el tiempo se había acabado. Me dio que el Tsuru sigue.

Rematé con saber si la cifra de venta de autopartes por parte de Nissan era una información en su mente. Me dijo que no, que ahora ese dato no estaba en su mente.

Me quedo con la idea de que un mexicano está al frente de una de las cinco más importantes armadoras de autos en México, ocupando ahora el primer lugar de ventas. Y eso es ya una buena noticia, no importando qué tanto decida, qué tanto intervenga en el liderazgo que le hemos conocido a Nissan desde hace 31 años.

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