Ernestina es vendedora de autos nuevos Nissan, bueno hasta ayer porque le acaban de avisar que fue dada de baja por el mínimo de contratos que colocó en febrero. Pero sus buenos contactos ahora la tienen trabajando en una agencia Honda. Está contenta hasta que en la comida los compañeros le dicen que las ventas están por los suelos y que si no se venden este mes de marzo 60 unidades habrá otros despidos. Obviamente Ernestina no recibirá prestaciones hasta no demostrar que es buena vendedora.
Ella comenzó hace 15 años vendiendo seguros. Luego entró al departamento de financiamiento automotriz SICREA de una agencia Nissan y desde entonces ha sido «cochera Nissanera». Hasta ayer que le dijeron «ya no trabajas más aquí porque tu volumen de colocaciones es muy bajo». Pero como dice ella: «¡Todos los vendedores andamos igual! ¿Cómo le hicieron para elegirme a mí si todos estamos en las mismas? ¡Nadie está vendiendo nada!» Su amargura duró poco porque un amigo cochero le dijo que necesitaban a una vendedora en Honda allá por los rumbos de Reforma.
El promedio de ventas de una distribuidora era de 60 unidades; ahora están vendiendo 30 si bien les va. Ni los programas de incentivos, ni las promociones en enganche, descuentos en compras de contado ni nada ayudan a revertir la difícil, peligrosa situación que vive el sector de las ventas de automóviles nuevos en México y el mundo.
«Antes colocaba Platinas o Tsurus porque la demanda de Sentras bajó porque el segmento creció y se hizo más caro. Ahora ni Tsurus demandan». Platica que ahora no sabe cómo le va a hacer para vender Hondas Civic cuando estos coches son más caros que los mismos Sentras. «Vamos a echarle ganas, revisar los directorios de clientes, ir a las empresas a promover los productos, en fin, como sea con tal de vender y sacar la comisión que es en promedio de $2 mil pesos por coche, aunque hay otros que dejan hasta $4 mil como las camionetas importadas».
Las ventas han caído entre 20 y 30% al abrir el año. Este mes de marzo la situación sigue crítica porque los consumidores están ocupados invirtiendo en la educación de sus hijos, pagando inscripciones, colegiaturas, útiles, uniformes… y vacaciones de la semana mayor.
Debe haber más de 1,500 agencias de autos nuevos en el país. Algunas dan empleo a 30, 50 personas. Otras tienen hasta 100 o 200. La mayoría son vendedores. Pero si hay una baja del 30% en las ventas, los gerentes optan por recortar de sus 30 vendedores a la mitad. Pronto serán más de 50,000 cocheros pidiendo trabajo en otros rubros. Se meterán de taxistas o se dedicarán al comercio informal, con tal de sobrevivir en un país sumido en la peor crisis de la historia.
¿Y el comprador, o sea usted, querido lector, qué dice?