Adolf Merckle, uno de los nueve super millonarios alemanes, de 74 años de edad, se quitó la vida hace dos días arrojándose al tren. Deprimido por sus fuertes deudas, no recibió un préstamo. Dos días después de su muerte, la banca de Frankfurt le autoriza a la familia del muerto $538 millones de dólares. Merckle le apostó a la catástrofe en Volkswagen AG y perdió millones de euros. Ahí empezó su debacle.
Es posible que Merckle haya sido una de las víctimas del otro desafortunado millonario seductor Bernard Maddof, el mayor estafador de Nueva York, quien fue denunciado por sus propios hijos y que hace unos días violó su arresto domiciliario escapando por las noches.
Adolf Merckle recibió información de que las acciones de Volkswagen AG bajarían irremisiblemente por lo que se hizo de fondos de alto riesgo. Falló. Porsche entró al quite el 17 de noviembre de 2008 para impulsar los papeles de la fábrica alemana y el millonario presidente de la empresa VEM y cuya riqueza se logró por la venta de productos farmacéuticos genéricos descontinuados, perdió millones de euros.
Allí inició su debacle capitalista. Ayer 7 de enero, la banca de Frankfurt autorizó un crédito a la familia con dos principales condiciones: Que la familia se salga del mercado de genéricos y que el hijo del magnate ya no figure como cabeza de la firma VEM, la que pasaría a un grupo de capitalistas que a mediano plazo se podrán quedar con la empresa.