Aprender a conducir puede verse como una experiencia emocionante y necesaria. En algún momento de nuestra vida adolescente, tanto hombres como mujeres hemos soñado con conducirnos a todas partes en nuestros propios autos. La autosuficiencia e independencia que provoca es enorme, sin embargo nunca dejará de ser también una enorme responsabilidad estar detrás de un volante y poner detrás de este volante a nuestros hijos. Es un gran rito de transición para los adolescentes y sus padres. Es un período de posibilidades y logros excitantes y también es un período de gran riesgo.
Son hombres los jóvenes que más chocan al año en México (Foto archivo).
Un joven al volante debe tomar en cuenta que se le está proporcionando un vehículo que puede serle muy útil pero que si se maneja inapropiadamente puede convertirse en un arma mortal. Jóvenes, especialmente hombres, en edades entre los 15 y los 24 años tienen la tasa de mortalidad relacionada con la conducción de autos más alta, aun cuando las personas en este grupo de edad pueden ser listas, hábiles y tienen grandes reflejos. Una colisión es la tragedia con más probabilidades en que un adolescente muera o quede lisiado.
Como hemos recalcado mucho en esta sección, las distracciones son un problema para todo mundo, en particular para los adolescentes. Usar teléfonos celulares para hablar, enviar mensajes de texto, correos electrónicos u otros usos de Internet es una causa comprobada que ha incrementado peligrosamente el índice de accidentes y se tiene que evitar de manera estricta. Los autos tienen muchas características de seguridad importantes, como cinturones de seguridad, apoyacabezas, bolsas de aire, tableros acolchados, vidrios de seguridad, ejes retráctiles en la dirección, frenos antibloqueo y muchos otros mejoramientos.
Sin embargo, incluso con equipo de seguridad, la conducción imprudente aún sigue siendo un peligro.
Todos los conductores novatos deben tomar un curso sobre educación del conductor. Se ha demostrado que estos cursos reducen los accidentes, pero no es suficiente. A menudo, los adolescentes piensan que los accidentes graves no les sucederán. Sin embargo, pueden tomar medidas para cambiar las posibilidades a su favor.
En lo personal, me tomó 4 cursos de manejo hasta que por fin me armé de valor para lanzarme a la selva de asfalto, de estos cursos que tomé, sólo en uno, de una marca alemana muy conocida, me dieron previamente un curso teórico de una semana, en donde me indicaban algunas reglas básicas de conducción, el aprovechamiento óptimo del equipo del auto como luces, espejos cinturón de seguridad, asiento, la correcta manipulación de palancas y volante, etc. De los otros tres solamente se limitaban a uso práctico.
Incluso recuerdo que anteriormente se sometían a los solicitantes de licencias de manejo a un breve examen de conocimientos de tránsito, así como un breve examen médico en el que incluía la revisión de la vista para descartar el uso de anteojos.
Cuando yo solicité mi licencia no sabía manejar, y el trámite fue meramente administrativo. Hice fila, entregué mis documentos, pagué y me la dieron.
Por lo que considero si usted está decidido a enseñar a su hijo adolescente a manejar, busque una escuela de manejo en donde se le enseñen reglas de tránsito e incluso, ¿por qué no?, mecánica básica como el cambio de una llanta. Si usted se siente con los conocimientos suficientes para enseñarle a sus hijos compártalos todos con él.
Los padres deben hablar de las «reglas de conducción en casa» con los adolescentes y ayudar a los conductores novatos a que las cumplan. Un excelente método para establecer expectativas es realmente hacer que los padres y adolescentes firmen un «contrato de conducción» por escrito. Este documento debe especificar las reglas y las consecuencias de romper. Asegúrese de estipular en el contrato que los padres tienen la última palabra.
Los padres deben alentar a los adolescentes a no subirse a un automóvil con alguien que haya estado consumiendo alcohol. Si los padres descubren que el adolescente ha estado conduciendo y bebiendo, deben suspender su licencia hasta que cumpla 18 años.
También y como en todo, es importante enseñar con el ejemplo, pues si los chicos ven que sus padres manejan a altas velocidades y en estado de ebriedad, o que incumplen las mismas reglas que les han puesto por escrito, no lo podrá tomar en serio y será fácil de violar este contrato.
Se ha sabido de jovencitos de 11 años que han salvado la vida de sus padres o hermanos porque con escasos conocimientos y experiencia de manejo, han logrado llevarlos oportunamente a hospitales y les han salvado la vida. Por una parte esto puede sonar sumamente útil y heroico, pero también puede causar un peligro mayor al provocar un accidente en donde sea más de uno quien deba ir al hospital.
Como padres debemos considerar, sobre todo en nuestro país que nuestros niños no siempre tienen la estatura adecuada para alcanzar los pedales y mirar por encima del tablero, y que no se les puede exigir la conciencia de lo que manejar significa. Debe estar uno plenamente consciente de que para que pueda manejar deberá esperar a alcanzar la edad correcta para obtener su permiso de conducir y estar siempre acompañado de un adulto.
Tomen en cuenta: las muertes al conducir relacionadas con la adolescencia frecuentemente ocurren en las siguientes situaciones:
Después de que oscurece: los reflejos automáticos y las habilidades del conductor están apenas desarrollándose durante esos primeros meses de conducción y la oscuridad es una variable adicional a enfrentar.
Al conducir con amigos: los adolescentes están más seguros conduciendo ellos mismos o con la familia y en lo posible deben ir con un conductor experimentado que los pueda ayudar a desarrollar buenos hábitos de conducción. A pesar de lo tentador que puede ser, los nuevos conductores deben esperar hasta que tengan un registro impecable al conducir antes de llevar a los amigos como pasajeros. Los amigos, para el nuevo conductor, representan una gran distracción y responsabilidad legal. (Nota: esta responsabilidad legal se extiende a los padres).
Al conducir por diversión: durante los primeros 3 a 6 meses después de obtener una licencia de conducción, los nuevos conductores deben tratar de adquirir experiencia manejando hasta la escuela y el trabajo, no por diversión.
Al no abrocharse: use el equipo de seguridad.
Al estar soñoliento: cualquier persona que tenga sueño debe dejar de conducir hasta que esté completamente alerta. La somnolencia puede incluso causar más accidentes que el alcohol.
Después de consumir alcohol: el alcohol disminuye los reflejos y deteriora la capacidad de discernimiento y son efectos que le suceden a cualquier persona que beba, de tal manera que NUNCA consuma alcohol y conduzca. SIEMPRE busque a alguien que conduzca y que no haya estado bebiendo, incluso si esto significa una incómoda llamada telefónica.
Después de consumir marihuana o cualquier otro alucinógeno o sedantes recetados, ya que las drogas pueden ser tan peligrosas como el alcohol.
Al distraerse: el uso de teléfonos celulares por cualquier razón, comer, beber o maquillarse mientras se está conduciendo es peligroso para todos los conductores.
El propósito de estas sugerencias no es castigar, sino prevenir accidentes, discapacidades de por vida y la muerte. Usted vale la pena mucho más que las molestias y problemas. Usted puede convertirse en un ejemplo para los amigos sobre la forma de conducir responsablemente y podría incluso salvar una vida.
Siempre recuerde al manejar que alguien nos espera en casa.