Es muy común que a nuestros autos les aparezcan rayones o desportilladuras pequeñas en la carrocería. No falta quien se estaciona al lado nuestro y cuando abre su puerta de par en par, nos golpea la nuestra; o quien está estacionado atrás de nosotros y al salir nos da un raspón en la esquina de la defensa. En fin, hay muchas historias.
Autos en mal estado: ¿Fenómeno cultural o económico?
Finalmente es molesto tener un coche que cuidamos tanto de no chocarlo con estas huellas de descuidos ajenos. Y bueno, no se diga cuando tenemos algún incidente en la calle, es deprimente traer el coche golpeado.
Existen varios términos para llamar a quienes se ocupan de reparar daños en carrocerías: carroceros, lamineros, hojalatero, pero lo importante es que al elegir la reparación de la carrocería de nuestro auto tengamos presente los siguientes puntos:
En primer lugar, para el hojalatero, todo el proceso debe estar estrictamente apegado a normas de seguridad e higiene personal y ambiental; calidad y confiabilidad vigentes, ya que se utilizan muchas sustancias peligrosas las cuales contienen COV (compuestos, orgánicos volátiles), los cuales al evaporarse dañan el medio ambiente. No debe efectuarse esta actividad al aire libre, existen cabinas de seguridad para pintar. El uso, distribución y manejo de las sustancias que se utilizan debe estar controlado por una compañía autorizada para tal efecto.
El proceso de pintura en sí, consta como primer paso, en reparar la superficie a pintar. Es decir remover la pintura, lijar y pulir, esto puede variar dependiendo, por un lado, si la pieza ha sido reemplazada o reparada, o del material a preparar (chapa, aluminio o plástico).
Posteriormente se aplica una pasta llamada bondo para cubrir las pequeñas imperfecciones y se vuelve a pulir para luego pintar, ya sea con compresora de aire, pistola o atomizador.
Preparar el color es una tarea delicada ya que debe igualarse al de fábrica, una vez identificado el código de color del fabricante, se cargan los datos en el programa de colorimetría y se obtiene las cantidades de cada uno de los básicos y otros componentes. Así mismo debe tenerse en cuenta la cantidad necesaria de pintura a utilizar.
Existen técnicas de desabollado desempeñado por varilleros. Se denominan varilleros debido a que usan varillas especiales de acero para el desabollado, ejerciendo presión (efecto palanca) y empuje desde el interior de las planchas de la carrocería con gran precisión para evitar el daño en la chapa o la pintura del vehículo.
Entre otros, los daños que suelen reparar los varilleros son los ocasionados por el granizo, de hecho, se especializan para ello. Este tipo de reparaciones se han convertido en un negocio próspero para muchas empresas en todo el mundo y además se va introduciendo poco a poco en muchos talleres de chapa y pintura.
Si se desea darle un baño de pintura al auto, dependiendo del tamaño, el costo oscila entre los cinco mil pesos, este puede cubrir “esos pequeños rasguños que se hacen por descuido de otros”.
Quien se dedica a este oficio recomienda lavar semanalmente el auto para evitar la corrosión prematura de la pintura; evitar el jabón; encerar periódicamente y cubrir en la medida de lo posible, del sol directo.
No se recomienda tratar de hacerlo de manera casera pues no se garantizan buenos resultados.
Siempre recuerde: Al manejar que alguien nos espera en casa.