Ambulantaje vial

Es por demás decir que esta ciudad se ha vuelto cada vez más complicada en muchos sentidos:  las obras públicas que prometen desahogar el  tráfico que sufrimos pero mientras tanto sólo lo empeoran; las marchas que exigen soluciones a sus tragedias laborales; el  pavimento de pésima calidad que más tarda en que lo arreglen que en lo que se satura nuevamente de baches y hoyos y dañan seriamente nuestros autos, en fin…

La lista en enorme, pero como se trata de dar consejos útiles en esta sección les hablaré de ciertos personajes  que día a día encontramos de manera cada vez más abundante y variada: los vendedores ambulantes y franeleros. Es cierto, no parece ser ninguna novedad, algunos conductores los podrían ver  como un mal necesario, pero en realidad su proliferación ha sido tal que se han convertido en una verdadera plaga.

En zonas de tráfico pesado, venden agua, jugos, plátanos, fruta picada,  dulces, etcétera…

Habrá quien diga que es mejor  que estén “trabajando” en eso a que estén robando de otra manera, sin embargo, se ha demostrado que muchas de estas actividades disfrazan actividades ilícitas, desde el simple robo de auto partes hasta secuestros y crímenes mayores.

Hace tiempo, un amigo que salía con su auto del banco en la ciudad de Puebla, se encontró con un limpiaparabrisas que se montó sorpresivamente en el cofre de su auto, antes de que mi amigo  pudiera pedirle que se bajara y que no le interesaba que le limpiaran su cristal, vio debajo de la franela del  limpiaparabrisas una pistola,  de inmediato el sujeto le quitó todas las cosas de valor que llevaba en ese momento. Cuando pudo mi amigo, se acercó a una patrulla que se encontraba a unas calles del lugar,  los policías contestaron que era demasiado tarde para encontrarlo, porque seguro se habría ido a esconder. La impotencia en estos casos nos obliga a quedarnos con nuestro mal rato y a iniciar el viacrucis de reponer y reportar  tarjetas bancarias e identificaciones.

Por lo tanto, lo mejor que podemos hacer es no exponernos a que este tipo de atracos nos sorprendan, la mejor manera de atacarlos es no aceptando sus servicios, es cierto que como en el caso de mi amigo no le dio tiempo a evitarlo, pero de ser posible, lo mejor será no aceptar,  si lo hacen de todos modos  no darles dinero. Nadie nos obliga a pagar un servicio que no queremos.

Muchos de estos ambulantes lo hacen mientras “echan un vistazo” a lo que llevamos puesto, como relojes, alhajas o a lo que llevamos dentro, como celulares, carteras, computadoras, etcétera.

Lo mismo sucede con el atraco al que muchas veces nos vemos obligados a aceptar como cuando vamos apurados a una cita y el único lugar disponible para nuestro auto lo tiene un “franelero” o “viene, viene”, como se les conoce coloquialmente. Aunque tengamos que pagar más y para no fomentar esta actividad ilícita, lo mejor  es dejarlo en algún estacionamiento.

Si milagrosamente encontramos un lugar y de la nada sale uno de estos personajes solicitando hasta 50 pesos por “cuidar” el auto y no estás de acuerdo, simplemente no lo aceptes,  cambia tu auto de lugar,  ya que si le demuestras  y quieres exigir por supuesto,  tu derecho a estacionarte en un lugar público, puede salir contraproducente y encontrar cuando regreses tu auto averiado o lo que es peor, no encontrar tu auto.

Si te ves en la absoluta necesidad de negociar con él, trata de ser “amable“  y negociar una tarifa más barata sin enojarte.

Muchos de nosotros frecuentamos ciertos sitios en la ciudad y aparentemente “conocemos” a los franeleros, pero así los conozcas de años, jamás socialices con ellos, no les comentes ninguna de tus actividades ni rutinas; no les des ningún dato personal ni de tu familia; ya que suelen estar coludidos con otro tipo de actividades que pueden sacar provecho de esta información.

Mejor trata tú de obtener información sobre ellos y de la gente que los conoce, fíjate en señas particulares o vestimenta ya que al parecer, si se regulariza esta actividad y llegaras a tener algún problema al denunciarlos serás recompensado.

Si ves algún indicio de que el lugar donde quieres estacionarte está prohibido, aunque te aseguren que no es así, no les creas, si llegaran a llevarse tu auto a los famosos “corralones” ellos jamás se harán responsables. Tampoco dejes cosa de valor  aunque te parezca que tu franelero de tantos años sea de confianza. Desafortunadamente si llegaran a robarse algo de tu auto no tienes manera de comprobar nada.

En internet  dieron el dato de que al menos en la Delegación Álvaro Obregón este tipo de actividad se registra como “trabajadores no asalariados” y deberán identificarse con chalecos que dicen “Cooperación Voluntaria”, si quieren cobrarte una cuota fijada por ellos podrás denunciarlos con el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública a través de un mensaje de texto al teléfono 55 35 55 35.

Siempre recuerda al manejar que alguien nos espera en casa

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