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Aún con el desprecio de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz que dijo que las organizaciones no gubernamentales están cortas para exigir normas («hay muchas instancias ya trabajando en ello»), El Poder del Consumidor, EPC, y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental urgen a las autoridades a que sometan a las fábricas automotrices a ajustarse a una norma de eficiencia de combustible en cada vehículo.
EPC, protestaron ante el desdén de la AMIA (Foto alvolante.info).
Por ser de interés para nuestros lectores, damos a concer el comunicado de medios difundido esta semana por ambas instancias.
COMUNICADO
Ante los impactos ambientales y económicos que está ocasionando el acelerado y desordenado crecimiento del parque vehicular en México, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y El Poder del Consumidor piden que autoridades, empresas productoras de automóviles y organismos sociales elaboren cuanto antes una norma oficial de eficiencia vehicular para México.
Datos oficiales indican que el parque automotriz mexicano creció 300% en los últimos 15 años (al pasar de 8.3 a 25 millones de automóviles), que en los últimos cinco años aumentó en 400% la importación de gasolinas, que el transporte en México es la segunda fuente de emisiones de gases de efecto invernadero y que éstas aumentaron de 89 millones de toneladas anuales en 1990 a 144 Mt en 2006.
Esta tendencia configura un escenario crítico para los próximos años, de no adoptar medidas urgentes entre las cuales destaca la creación de una norma de eficiencia vehicular.
La experiencia internacional demuestra que esta medida, cuyo costo es mínimo, tiene un elevado beneficio ya que reduce de manera efectiva las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, disminuye la dependencia del petróleo, reordena el mercado automotriz y optimiza el rendimiento del parque vehicular.
Esto ya fue constatado en los países que integran la Unión Europea, así como en Japón y Corea del Sur. Por ello recientemente Estados Unidos, Canadá, China e India han establecido estándares similares, a fin de elevar la competitividad de sus mercados. En este proceso normativo tuvieron una participación activa la sociedad civil y las empresas automotrices.
En el caso de México, una norma de eficiencia vehicular permitiría:
- reducir en 28% las importaciones de gasolina (un porcentaje superior a lo que se reducirá con la construcción de la refinería),
- abatir 22% las emisiones anuales de dióxido de carbono,
- elevar el rendimiento promedio de la flota vehicular de 11.8 kilómetros por litro a 18 km/l en sólo 5 años,
- ofrecer un ahorro superior al 50% en el gasto que el automovilista realiza en gasolina.
Entre alrededor de 50 medidas que han sido identificadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la norma de eficiencia es la que ofrece la más alta relación costo-beneficio, según el Centro Mario Molina y el Instituto Nacional de Ecología.
“Esta norma podría ser de gran utilidad para los consumidores al establecer que cada automóvil nuevo porte una etiqueta que indique cuál es su rendimiento (km/l) y sus emisiones (gramos de CO2 por kilómetro recorrido). Este etiquetado ya lo encuentra el consumidor europeo y el asiático en cada punto de venta y próximamente estará a disposición del consumidor estadounidense”, señaló Gerardo Moncada, coordinador de Transporte Eficiente en El Poder del Consumidor.
Desde 2009 el Gobierno Federal anunció en el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) el compromiso de elaborar la norma de eficiencia vehicular antes de que concluyera 2010, y en marzo pasado representantes de las principales empresas automotrices y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz declararon estar dispuestos a crear dicha normatividad.
“México será la sede y presidirá la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, a celebrarse en Cancún a finales de este año, lo que nos brinda una oportunidad de mostrar al mundo que si bien somos vulnerables también estamos actuando para mitigar las emisiones causantes del problema”, expresó Sandra Guzmán, del Programa Aire y Energía del Cemda.
