Por Gisela Zapata
Hace unos dos o tres años escuché una nota que verdaderamente me hizo temblar: una mujer se encontraba en la fila que organiza la escuela para recibir a los chicos y accidentalmente se le atoró el tacón de su zapatilla en los pedales; en vez de frenar aceleró con fuerza, atropellando a varias personas. Once de ellas, entre adultos y niños, murieron.
Zapatos cómodos al volante (Foto archivo).
Desde entonces cuido mucho el zapato que llevo para manejar y evito cualquier cosa que pueda estorbarme o caerse en el área de pedales del auto.
Nuestro amigo Dleonmag sugirió a este espacio el tema del mejor tipo de calzado para manejar, sobre todo en las mujeres, y recordando tan desafortunado hecho me pareció excelente para presentárselos.
El calzado más adecuado para la conducción es aquél que resulta ergonómico, esto es, que sirve para que el conductor accione los pedales con la fuerza y la precisión necesarias para obtener del vehículo la respuesta que espera. Para que esto sea así, el zapato que calzamos debe reunir al menos estas características:
Flexibilidad. Debe adaptarse a los movimientos de nuestro pie resultando una segunda piel que transmita al exterior los gestos y acciones realizados por el conductor.
Firmeza. Debe servir para transmitir la fuerza que ejerce el conductor sin absorberla substancialmente. De lo contrario, una acción realizada de forma dura por el conductor, por ejemplo al frenar de emergencia, podría quedarse en una simple caricia sobre el pedal. Por lo que debe cubrir el pie.
Sujeción. Debe sujetarse al contorno del pie, sin permitir excesivas holguras ni mucho menos separarse del pie.
Comodidad. Debe resultar agradable, aún con el paso del tiempo. De no ser así, poco a poco nuestras acciones se irán haciendo toscas y el vehículo responderá con movimientos bruscos.
Transpirabilidad. Debe permitir que la piel respire. De lo contrario el recalentamiento excesivo de los pies puede incomodar al conductor e incluso ponerlo nervioso y distraerlo de su actividad principal: el manejo del vehículo.
El calzado debe ser cómodo y no tiene que entorpecer el normal movimiento de los pies.
Evita el uso de sandalias, zapatos con tacón o botas de tacón alto al conducir, ya que pueden engancharse en los pedales o bien no cubrir toda la superficie de apoyo de cada pedal. A menudo vemos conductores calzados con unas simples chanclas de ir a la playa. Es un calzado cómodo y, desde luego, transpirable. Sin embargo, las suelas de este tipo de zapatilla distan mucho de ser flexibles y, lo más importante, el pie queda literalmente suelto, con lo que un inoportuno resbalón del pie sobre la suela puede acabar en un buen susto cuando estamos al volante.
Lo indicado es tener siempre un par de zapatos cómodos en el auto para ponérselos al momento de que vayan a conducir; un calzado que brinde: comodidad, firmeza, sujeción y flexibilidad.
No hay duda de que más de una chica siente que sus tacones forman parte de su forma de ser. Eso está muy bien, siempre y cuando sepamos distinguir el momento en que nos ponemos al volante. Con tacones, el punto de apoyo del pie cambia radicalmente y se hace inestable, por lo que la precisión necesaria para accionar los pedales desaparece.
Afortunadamente, cada vez más trabajadores emplean los llamados EPI, o zapatos industriales o botas de seguridad. Es una de las bases para la prevención de riesgos laborales en sectores como la industria y la construcción. Sin embargo, no todos los calzados de seguridad resultan aptos para el manejo de vehículos. Algunos zapatos y botas de suela y puntera reforzadas tienen el inconveniente de resultar demasiado rígidos para la conducción, por lo que si el trabajador debe conducir en el ejercicio de sus funciones conviene evaluar este punto antes de decidir la compra del calzado.
Existe un tipo de calzado, que se le conoce como sandalias chinas, las cuales son de lona (generalmente negra) y una delgada suela (casi siempre café), este tipo de calzado resulta cómodo y flexible. Sin embargo, por la delgadez de la suela puede resultar algo incómodo a la hora de manejar el embrague y lastimar la planta del pie. Pero este tipo de calzado, que sujeta y cubre, con suela de buena adherencia podría ser la mejor opción. Y son unisex.
Aunque a veces podría parecer de mal gusto para las damas, lo indicado es cambiarse los zapatos de tacón por unos zapatos de piso al manejar.
Tal vez parezca una obviedad, pero nunca está de más recordar que nuestro calzado debe estar limpio y seco. De lo contrario, al ejercer fuerza sobre los pedales, especialmente sobre el pedal del embrague, puede ocurrir que la suela resbale y perdamos el control de nuestro vehículo, lo que nos puede llevar a un choque de lo más tonto. Si está lloviendo, haremos bien en pisar con fuerza algo de suelo seco antes de subir al coche y, una vez en el interior, golpear repetidamente la alfombrilla del vehículo para acabar de secar la superficie de contacto del calzado con los pedales.
En Australia, una agencia de seguros está promoviendo un calzado para las damas con tacón plegable, lo cual sería muy conveniente que existiera. Mientras se maneja el tacón va incrustado en la suela haciendo el calzado como un zapato de piso, y al llegar a la oficina el tacón se desdobla hasta escucharse un “click” y tenemos una zapatilla de vestir.
Como complemento hablaremos de la ropa, la cual en general debe ser holgada y cómoda, sobre todo en viajes largos, ya que la incomodidad genera una distracción extra innecesaria.
Hay que tener en cuenta que las prendas ajustadas quitan libertad de movimiento e interfieren en la capacidad de reacción.
Hace años me enteré de que una mujer murió en un accidente del que pudo haberse salvado por no querer que el cinturón le arrugara su ropa fina.
Las mujeres embarazadas siempre deben utilizar el cinturón de seguridad durante la gestación; la cinta que cruza el torso debe pasar entre los senos y continuar su recorrido por el costado de la panza, mientras que la banda abdominal debe pasar sobre las caderas, tan bajo como sea posible.
Siempre usar el cinturón de seguridad correctamente, tanto en las plazas traseras como en las delanteras.
Asegurarse que el reposacabezas del asiento está situado a la altura correcta, dando protección a la cabeza y al cuello.
Si el volante es ajustable en altura y posición, debe estar hacia el pecho, nunca hacia la cabeza o el abdomen.
Siempre recuerden al manejar que alguien nos espera en casa