Qué emocionante es escuchar el vibrante rugido del motor que se prepara para una carrera; el armonioso zumbido ronco de los cambios de velocidades, mientras un auténtico Fórmula Uno se pierde en el horizonte de la legendaria pista del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Después de varias vueltas de demostración para deleite de quienes nos gustan los autos, su piloto Rafael Oliveros, sale de una pequeña cabina en la que domina a ese monstruo de cuatro ruedas.
Qué decir de un elegantísimo desfile de Jaguares clásicos encabezado por un modelo 1958, sobreviviente de una auténtica competencia de la famosa carrera de “24 horas de Le Mans”.
Para continuar con el festín sobre ruedas el Desfile Histórico de Motocicletas Clásicas, comandado por una hermosa BMW modelo 1937, con 33 caballos de fuerza y construida previamente a la 2ª. Guerra Mundial.
Y sigue el deleite con el Desfile de la marca Porsche, ¿sabían que el encendido de estos autos de carreras esta a la izquierda para poder meter la velocidad de inmediato? Por eso eran los primeros en salir a la pista.
Y para sentirnos orgullosos de la tecnología mexicana el primer vehículo deportivo hecho en nuestro pais de serie, el Mastretta MXT, del destacado diseñador nacional Daniel Mastretta, este hermoso vehículo naranja salió a iniciar su carrera de éxitos sobre la pista, con un rugido suave de su poderoso turbo, ahí mismo se vendieron dos unidades con valor de 59 mil dólares.
Todo fue fantástico, el desfile de autos Chevrolet, los autos, las carreras de Jaguares primero y de Porches después, pero sin lugar a dudas lo que más disfruté, contagiada por un eufórico grito de “Arriba las mujeres” fue la participación de Paty, a bordo de un Porsche, que participaba en la categoría de 4 y 6 cilindros. Su amiga Jenny me comentó que además de ser una gran persona era una apasionada de la velocidad sobre ruedas, y compartían la pasión y la diversión que brindaba este deporte, perteneciendo al Club Datsun y como miembros del Club Jaguar, donde han hecho grandes amistades y actividades que han unido a las familias.
La emoción de la carrera comenzó; Paty mantuvo una velocidad constante y dentro de mí envidiaba la oportunidad de recorrer la pista, llegó a la meta y sus amigos y familiares la recibieron como el primer lugar. Con la temperatura aún alta por la emoción y la sonrisa grabada en su cara no dejaba de repetir que había sido emocionante y divertido.
La fiesta no acabó ahí, pues más tarde, en el Gran Premio de autos 8 cilindros americanos, su hijo José Moreno logró el primer lugar.
Después de un día refrescante, no sólo por el aire que comenzó a soplar al atardecer sino también por el ambiente festivo del III Gran Premio Vintage, al final concluí que a muchas mujeres nos gustan los autos y la velocidad; nos seduce el vibrante y poderoso ronroneo de los autos y la adrenalina que circula en muchas Mujeres al Volante. Espero poder disfrutarlo el próximo noviembre del 2011.