La producción del PT Cruiser en la planta de Chrysler en Toluca la semana pasada cayó a la cuarta parte. La del Journey en la misma factoría bajó a la mitad. La Ram en la nave de Chrysler en Derramadero de plano no se produjo la semana pasada. El ensamble en esta empresa bajó de 49,245 camiones en Coahuila el primer trimestre del año pasado a 24,821 cuando aún falta una semana de producción.
El estudio del centro de negocios de Automotive News da a conocer la producción industrial en las plantas ubicadas en América del Norte, incluidas las de México como Chrysler en Toluca y Derramadero.
La planta de Chrysler Toluca produjo la semana pasada (del 16 al 21 de marzo) un total de 389 modelos PT Cruiser. En todo el mes lleva 1,161 unidades de este tipo y en el primer trimestre 3,464 que contra los 12,910 que se habían producido en el primer trimestre de 2008 significa que se está trabajando a la cuarta parte del ensamble de este modelo en esa planta.
Otro modelo que fabrica Chrysler en México, planta Toluca, es la camioneta familiar Journey de la que se produjo la semana pasada 1,177 unidades, 3,512 en el mes y 10,058 en lo que va del año. Sin embargo, el año pasado, primer trimestre, se habían producido 21,305. Se va a la mitad de producción, aunque hay que aclarar que falta una semana para terminar el mes.
Del modelo Ram que se produce en Derramadero, Coahuila, Chrysler no fabricó ninguna la semana pasada. En el mes lleva 3,486 y en el año 14,763. Hace uno año se habían producido ya 27,940. Una caída de casi la mitad igual.
La producción de autos en Toluca llega a 3,464 unidades en lo que va del año hasta el día 21 de marzo pasado. En la misma fecha pero del 2008 este ensamble llegó a 12,910. La cuarta parte.
La producción de camiones en Derramadero alcanzó en el año 24,821, el año pasado fue de 49,245. La mitad.
¿Qué significa lo anterior para Chrysler de México y para el país?
Primero, que está bajando la actividad de esta empresa lo que le representará a corto plazo despedir a un mayor número de trabajadores en ambas plantas.
Sus operaciones se están viendo reforzadas con un mayor número de importaciones de vehículos nuevos como el Attitude de Hyundai de Corea del Sur o el Atos, traer unidades fabricadas en Estados Unidos como el Avenger y toda la gama de modelos Chrysler y Dodge, sin incluir el PT Cruiser hecho en México. Estas importaciones –exageradas, fuerar del balance de una sana operación donde la producción local justifique su mantenimiento en el país– dañan a la planta productiva nacional por el hecho en que se ponen en riesgo los empleos como se ha visto.
Si Chrysler produjera en México un auto subcompacto de gran demanda, daría una garantía a su operación en México y los empleos serían permanentes, sin riesgo de perderse. Pero al ser al revés, se pone en peligro a la plantilla laboral existente que puede ser despedida si se desploma la producción nacional que se justifica más por sus exportaciones que por lo que vende en México.
Todo lo anterior se complica aún más porque Chrysler como corporativo norteamericano, corre el riesgo de declararse en quiebra y aún de venderse a un tercero.
Ya se vio que la adquisición de la empresa por parte del financiero Cerberus no fue para reanimarla y seguir produciendo, sino para extirparle la parte financiera del negocio y dejar a su suerte a la parte operativa productora de autos. Esta se está negociando con FIAT en un vaivén de declaraciones que no dejan en claro qué va a pasar con esta empresa, sus distribuidores y empleados en Estados Unidos, Canadá y México, por decir lo menos y sin contar sus operaciones en otros países del mundo.
Por cierto, habría que saber si el gobierno mexicano ya tiene un plan para saber qué va a pasar con las plantas de Toluca y Derramadero si al mediano plazo esta empresa opta por el cierre. Sería interesante conocer las perspectivas reales del gobierno mexicano para salvar los puestos de trabajo de estas dos importantísimas plantas industriales de una empresa que por más de 76 años le ha dado trabajo y porvenir a muchos miles de mexicanos.