¿Autos chinos en México? El gobierno se doblega al interés de EEUU

Cuando empresas automotrices de China le dijeron a la Secretaría de Economía de México que deseaban invertir en la producción de autos (en camiones ya lo hacen), esta dependencia dijo que se iba a consultar con la industria. En el país, siete marcas son las que opinan sobre este tipo de decisiones. Pero la de mayor peso, y la principal, fue que el gobierno de Estados Unidos se opone a que México abra las puertas a la inversión del gigante asiático en la materia. No los quiere tener en su traspatio que es nuestro país. Y la respuesta fue «ahora no».

Chery IQ 2015 atrás detalle

Detalle del Chery IQ 2015 (Foto Chery).

El por qué del no

Analizar la negativa del gobierno mexicano al proyecto ferroviario chino en el tren rápido de México a Querétaro, nos da una idea del poder que tiene el gobierno de Estados Unidos sobre el de su vecino del sur. La administración de Peña Nieto anunció con bombo y platillo la multimillonaria inversión china en dicha obra. Vinieron escándalos de corrupción y el proyecto se cayó. Entre políticos no es negable que fue la decisión del gobierno de Obama la que se impuso a la del gobierno de este lado. No quieren a los chinos en su área de influencia. Analícese también el papel que ahora Barack Obama está tomando en el área latina con la fuerte influencia china en países como Perú, Chile, Ecuador y ahora Venezuela. Un contrapeso al poder asiático.

Lo mismo ha pasado con la consulta que la Secretaría de Economía hizo con la industria automotriz en México. Al igual que la negativa que hace años existió para que no se permitiera que el Grupo surcoreano Hyundai entrara al país (hasta que finalmente se dio), un pequeño grupo de empresas estadunidenses, tres japonesas y una alemana, fueron las que determinantemente se opusieron a la entrada de los chinos al área de autos, recordando que en materia de autotransporte ya tienen participación con firmas como Giant y su planta en Ciudad Sahagún, Hidalgo, por dar un ejemplo. O bien FAW en camiones. Pero en autos, no querían una competencia tan fuerte como lo representaría una marca china como Chery, con precios más bajos en la venta de sus autos.

El no a las firmas chinas para incursionar en autos, obligó al gobierno mexicano a ir a dar una explicación diplomática a la República Popular con un «más tarde» a su inversión y no un «no» rotundo.

La inseguridad de los autos chinos

Una marca popular en los países de Sudamérica ya mencionados es Chery. Recientemente se ha presentado la versión 2015 del modelo IQ, cuyas ventas crecen en países como Chile y Perú, por mencionar sólo a dos. Sobre la inseguridad que existen en los modelos de esa marca, la C NCAP ha calificado al utilitario Chery Grand Tiggo con cinco estrellas. La C NCAP es el programa de pruebas de impacto en China. Cuestionar a esa organización no gubernamental, pasa también por poner en duda la labor de la Latin NCAP que opera desde Uruguay.

Una terrible realidad es que los autos más vendidos que se producen en México, como el Aveo de Chevrolet, primer lugar de ventas, o el Tsuru de Nissan que cayó al cuarto lugar en junio, no cuentan con bolsas de aire ni frenos antibloqueados en sus versiones básicas. ¿Qué pero se le pondría a Chery para vender en México y poner planta en México? La negativa gubernamental tendría que pasar por el mismo filtro de la inseguridad a vehículos chinos como a los «nacionales», añadiendo al Gol de VW, el Ikon de Ford (ahora Figo en 2016 año modelo) y el Spark de Chevrolet, así como el March de Nissan, por sólo mencionar  a algunos.

El caso de los autos FAW

Felipe Calderón autorizó que el empresario Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo Salinas (dueño de TV Azteca, Banco Azteca y Elektra, entre muchos otros negocios) trajera de China 20,000 autos FAW que no pagaron el correspondiente impuesto del 50%, con la promesa de construir una planta en Zinapécuaro, Michoacán. El mandatario asistió a la puesta de la primera piedra de FAW Autos en México. Todo fue una farsa: Estafaron a 20,000 compradores que terminaron (otros no han finiquitado aún la operación) pagando casi el doble del valor de los autos con «abonos chiquitos». Salinas hizo el gran negocio timando a sus clientes con el aval presidencial.

Otro intento anterior fue el de la firma china Zhongxiang que firmó con el empresario estadunidense William Pollack y cuya operación terminó en otro fraude en EEUU. Vino a decir que la firma Chamco produciría autos chinos en México y abriría 25 distribuidores (ver nota en http://www.alvolante.info/nacionales/zhongxing-busca-25-distribuidores-en-mexico/). Todo se truncó por una u otra razón. Pero la pregunta es ¿por qué ningún proyecto chino de autos ha fructificado? Creemos que, entre otras cosas, porque no ha habido decisión política para las operaciones, apoyadas por la negativa de EEUU de tener a los chinos en México.

Los chinos en Detroit

Hace unos años el Salón del Automóvil de Detroit amaneció con la exhibición de cuatro marcas chinas y sus pequeños y raros vehículos. Los asiáticos no pasaron de haber comprado su espacio y nada más. No hubo trascendencia del hecho. El gobierno estadunidense no apoya, aún, la entrada de los chinos en materia automotriz. La industria de ese país se protege así de la gran competencia que tendría en casa. ¿Alguien habló de libre mercado?

Expertos señalan que los chinos, más temprano que tarde, llegarán a México.

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